Diella: la primera ministra de inteligencia artificial del mundo

por Alejandro Villegas
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Albania nombró a una ministra generada por inteligencia artificial (IA) para que se encargue de las licitaciones de contratos públicos y evitar casos de corrupción. Pero, más allá de su impacto comunicativo, la iniciativa plantea numerosas cuestiones técnicas, políticas y éticas.

Al anunciar el nombramiento de Diella, como se llama la ministra generada por IA, el primer ministro albanés, el socialista Edi Rama, afirmó que los procedimientos de contrataciones públicas quedarían “100% libres de corrupción”.

“Diella no duerme nunca, no necesita que le paguen, no tiene intereses personales, no tiene primos, y los primos son un gran problema en Albania”, recalcó el primer ministro, cuyo país ocupa el 80º puesto de 180 en la clasificación sobre corrupción de la oenegé Transparencia Internacional.

Según reportó la agencia dpa, Rama agregó que la IA “reuniría a los mejores talentos del país, a los albaneses de la diáspora y a expertos extranjeros” y “transformaría las instituciones en plataformas de desarrollo de IA”.

Durante una sesión parlamentaria, Diella habló por video, presentándose como la “ministra de estado para inteligencia artificial”, diciendo que su misión era facilitar el trabajo gubernamental diario.

 

 

Usurpación de la Autoridad Divina

La Escritura establece que “toda autoridad viene de Dios” (Romanos 13:1) y que los gobernantes son “servidores de Dios” establecidos para el bien común. Al delegar decisiones gubernamentales fundamentales a una entidad artificial, se plantea la cuestión de si esto representa una abdicación de la responsabilidad moral que Dios ha conferido a los líderes humanos.
Pérdida de la Imagen de Dios en el Gobierno
Los seres humanos fueron creados “a imagen de Dios” (Génesis 1:27), dotados de conciencia moral, capacidad de discernimiento ético y responsabilidad ante Dios. Una IA carece de alma, conciencia moral genuina y la capacidad de buscar sabiduría divina. El gobierno requiere no solo eficiencia técnica, sino sabiduría moral que proviene de Dios (Proverbios 2:6).
Confianza en la Tecnología vs. Confianza en Dios
Esta iniciativa refleja una confianza casi mesiánica en la tecnología para resolver problemas fundamentalmente espirituales como la corrupción. La Escritura advierte contra poner nuestra confianza en “caballos y carros” (Salmo 20:7) en lugar de en Dios. La corrupción es un problema del corazón humano (Jeremías 17:9), no meramente un problema técnico.

Posibles Conexiones Proféticas

Algunos evangélicos podrían ver paralelos con las profecías bíblicas sobre los últimos tiempos, particularmente en Apocalipsis 13, donde se describe un sistema que controla el comercio y las transacciones. Si bien es importante evitar especulaciones excesivas, la concentración de poder en sistemas artificiales sin supervisión humana moral podría facilitar formas futuras de control autoritario.

Falta de Arrepentimiento Genuino

La verdadera solución a la corrupción, desde una perspectiva bíblica, requiere arrepentimiento del corazón (2 Crónicas 7:14). Delegar esta responsabilidad a una máquina evita el trabajo espiritual necesario de transformación moral tanto en líderes como en ciudadanos.
La sabiduría cristiana sugiere que la tecnología debe servir a propósitos morales claros bajo supervisión humana responsable ante Dios, no reemplazar el juicio moral humano en asuntos de gobierno.

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