Un pastor evangélico es denunciado por realizar cultos en época de pandemia con decenas de personas, además, este hombre es acusado por malos tratos a los feligreses. Dos centros de acogida en Maipú y La Granja serían parte de una fachada para un negocio familiar. Otra vez un culto religioso en la polémica, nuevamente un pastor
Un pastor evangélico es denunciado por realizar cultos en época de pandemia con decenas de personas, además, este hombre es acusado por malos tratos a los feligreses. Dos centros de acogida en Maipú y La Granja serían parte de una fachada para un negocio familiar.
Otra vez un culto religioso en la polémica, nuevamente un pastor terco y un rebaño que desafían la pandemia aunque esta historia va más allá.
A pesar de las recomendaciones sanitarias ante una pandemia mortal hay cultos que no paran. Las imágenes son del 22 de junio, donde hermanos del Centro de Restauración La Rosa de Sarón se reunieron como tantas veces en Maipú, donde decenas de personas escuchaban atentas al pastor Mario Velásquez.
María Sandoval, participó en el centro de restauración explicó que “para él, nosotros no somos personas, trata a los feligreses como endemoniados“.
Una figura controversial, este pastor acoge a gente en situación de calle, con problemas de alcohol y drogas, ellos trabajan bajo su alero en los centros de restauración de Maipú y La Granja. Casi 70 personas que cada domingo desafían la pandemia para seguir a este hombre.
Este domingo la Seremi de Salud y la PDI interrumpieron culto en la comuna de Maipú con decenas de personas, ninguno de los participantes tenía registro de COVID-19; no obstante, abrieron un sumario sanitario por realizar acto masivo en cuarentena.
“Logramos constatar la presencia de 25 adultos y cinco menores de edad, quienes se encontraban realizando cantos religiosos sin uso de mascarilla. Ellos indicaron que habitan en este lugar; no obstante, se levantó un sumario sanitario para investigar los hechos“, declaró Paula Labra, Seremi de Salud Metropolitana.
Una personalidad que ya conocen decenas de personas que están y estuvieron en estos centros, quienes buscaban un techo y a cambio tuvieron que trabajar bajo pésimas condiciones, denunciantes que hablan de malos tratos y abusos para aquellos que buscaban un lugar de esperanza y abrigo.
Donaciones, venta de pan y calcetines permiten mantener estos centros, más que un lugar de acogida es un régimen estricto donde todos deben aceptar las reglas, quienes se salten estas normativas sacan a luz el lado más violento del pastor.
Una fachada que escondería un negocio familiar, de hecho varias personas apuntan a que el pastor Velásquez pide un diezmo a quienes trabajan y se mantienen en estos centros de restauración que, por si fuera poco, se encuentran en pésimas condiciones.
Dos centros de restauración que más que cobijo y palabras de fé escondería, según los denunciantes, lucro, dolor, malos tratos y desesperanza.
Fuente: 24horas.cl
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