Un escrito para los que quieren establecer una posición bíblica sobre la navidad. Saludos queridos amantes de la vida basada en PRINCIPIOS. Ante muchas consultas sobre lo que debemos o no debemos hacer en temporada de navidad, los discutidores, discutirán; los peleadores, pelearan; los criticones, criticaran; los legalistas, condenaran; los estudiantes de la verdad, aprenderán
Un escrito para los que quieren establecer una posición bíblica sobre la navidad.
Saludos queridos amantes de la vida basada en PRINCIPIOS.
Ante muchas consultas sobre lo que debemos o no debemos hacer en temporada de navidad, los discutidores, discutirán; los peleadores, pelearan; los criticones, criticaran; los legalistas, condenaran; los estudiantes de la verdad, aprenderán y los maestros serios y bíblicos enseñaremos principios en vez de compartir nuestras opiniones.
Después de una larga batalla por defender nuestra fe y nuestros principios, no quiero iniciar una batalla para defender asuntos secundarios, pero si dedicar un tiempo para orientar a los cristianos que están dispuestos a estudiar la Palabra de Dios profundamente con el propósito de aprender a vivir mas maduramente.
Comienzo con una serie de principios que publique en twitter/principioscondh:
“Excelente actitud cristiana: NO celebre quien elige no celebrar. A los que odiamos el legalismo, permítannos con alegría la navidad celebrar.”
“Pagano es quien rechaza al Salvador y en sus celebraciones incluye maldad. Cristiano es quien es salvo por Cristo y celebra en santidad.”
“Las celebraciones de los cristianos no pueden ser paganas, a menos que incluyen estilos de vida pecaminosos y mundanos que aman los paganos.”
“No importa cuando nació Jesucristo, solo celebramos su nacimiento, y solo son paganas las celebraciones de los paganos con formas paganas.”
“En todo acto de nuestra vida y en toda relación o celebración no solo es importante lo que celebramos o dejamos de celebrar, sino que mucho mas importante es la actitud que elegimos cuando vamos o no vamos a participar. Actuar con gracia en todo evento, relación o situación no es una sugerencia bíblica, sino una demanda y por lo tanto, nuestra obligación.”
La navidad no es cristiana o no cristiano, somos muchos cristianos que celebramos con alegría la temporada de navidad. Dios no creó la navidad, solo nos envío a su Hijo un cierto día y muchos cristianos celebramos con alegría y con una actitud de gracia, en un día especial por recibir ese regalo tan especial.
En vez de leer esta conferencia pensando como va a refutar lo que yo enseño después de años de estudio, le ruego que entienda que ese no es el propósito que debe tener. Quiero que comprenda que esta es mi posición teológica, posición que debe ser respetada y que en mi caso, debe ser enseñada. Es que Dios me llamó a ser un interprete de la verdad y a ser un maestro de ella. No todos estarán de acuerdo conmigo y no es mi intención lograrlo. Existen miles que desean aprender porque no han sido ensenados. Existen miles que son niños espirituales y desean con todo su corazón ser formados. Existen personas que solo recibieron un paquete de teología e ideas, que le fue traspasado y allí se quedan toda la vida. Otros han aprendido de lideres sincero, pero no preparados, legalistas, que no conocen interpretación bíblica, que recibieron su formación de otra persona no preparada aunque amante de Dios y siguen traspasando ideas que nunca han sido investigadas profundamente y con las herramientas de interpretación apropiada. Otros cristianos son problemáticos, les gustan las discusiones, atacan a los demás basados en sus ideas de asuntos secundarios, se convierten en problemáticos, no solo en la iglesia, sino aun en sus familias e incluso lugares de trabajo.
Queridos amigos, esta es mi posición teológica muy bien estudiada y compartida por gigantes de la fe y de la interpretación bíblica. Si le da fundamento a lo que creía, me alegra, si le hace comprender aspectos que no entendía, me alegra; si le ayuda a cambiar su posición porque por primera vez estudia el tema bíblica, profesional y profundamente, lo felicito y si desea discutir su posición, leeré sus controversias, no le contestaré, oraré por usted y le seguiré amando mientras sigue madurando.
Al iniciar una posición teológica con respecto a la celebración de una fiesta que se hizo mundial, como la celebración de la navidad, debemos establecer algunas verdades con respecto a nuestra actitud frente a ella.
Primero, que la celebración de la navidad no es un mandato bíblico, ni aparece ninguna indicación que los cristianos debemos celebrar su nacimiento.
Segundo, que el tema de la celebración, no es un asunto primario o doctrinal, sino un asunto de elección personal.
Tercero, que no es pecado celebrar ni es pecado no celebrar el nacimiento de Jesucristo. Solamente es una elección personal que no debe ser exigida por nosotros, ni debe ser atacada por otros.
Cuarto, que es un error y un acto de inmadurez, legalismo, o de actitudes erróneas, entrar en discusiones y tratar de imponer los criterios y elecciones personales. Actúan inmaduramente, no son cristianos o son cristianos rebeldes los que se dedican a atacar a otros o imponer sus posiciones.
Quinto, que como todo asunto donde existen diferencias secundarias, el llegar a un acuerdo respetuoso de ambas posiciones encontradas, no es nuestra opción sino nuestra obligación.
Con aquellas premisas en mente compartiré con ustedes mi posición teológica que es el producto de fundamentar mis actitudes y actuaciones en principios bíblicos y no en mis ideas o gustos personales, y mantener el equilibrio doctrinal y de actitud que debe ser parte de mi vida cristiana.
Esta determinación me impide hacer lo que hacen muchos, es decir, fundamentar su posición en sus gustos, en lo que les fue enseñado en su congregación desde el inicio de su vida cristiana, lo que escucho de algún líder en el pasado y que nunca ha estudiado seriamente, o en versículos bíblicos tomados fuera de su contexto y sin realizar una interpretación bíblica adecuada para llegar a una conclusión que revela la verdad objetiva que ha sido incluida, en vez de la verdad subjetiva que la persona debido a su trasfondo y conocimiento ha entendido.
Es mi decisión y mi obligación como interprete de la Palabra de Dios, analizar el tema desde diferentes puntos de vista y establecer verdades basadas en principios de la verdad revelada.
I. INTRODUCCIÓN: LA GRACIA DE LA CELEBRACIÓN, ESENCIAL EN TODA RELACIÓN.
Las personas maduras que amamos celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo tenemos todo el derecho de disfrutar de un momento de recordación maravilloso del nacimiento mas importante de la historia. Las personas maduras que no desean celebrar el nacimiento de Jesucristo, tienen todo el derecho de mantener su independencia de la celebración y el respeto por aquellos que la celebran.
Nadie puede negar que la celebración de la llegada de Jesucristo al mundo es la celebración de la maravillosa gracia de Dios. La venida de Cristo al mundo es la llegada de la salvación del pecador, eso es gracia inefable, eso es maravillosa gracia y es maravilloso recordarlo todos los días de nuestra vida, y ¿Por qué no poner énfasis especial en un día especial? Es maravilloso celebrar un día en que la gracia de Dios apareció en persona en este mundo, sea que ese sea el día o haya sido otro. No celebramos el día, celebramos con alegría un día en que vimo la gracia encarnada y nos trajo la salvación que tanto necesitábamos.
En mi visita a la ciudad de Santiago Atitlan, en Guatemala, por un par de días volví a mi niñez, Y fui recordado de la maravillosa gracia de Dios. Disfrute mi estadía, no solo porque estaba en una hermosa comunidad indígena que habla en otro idioma, se viste diferente, y que tienen costumbres distintas, sino porque la salvación llegó también a ellos por la misma razón que yo la recibí, solo por la gracia de Dios. Después de todo, así la recibimos todos independientemente de nuestra educación, raza y cultura. Por momentos llore adorando a Dios en medio de mis hermanos porque Dios me permitía ser un mensajero de su gracia. Fue emocionante cantar: “Maravillosa gracia, de Cristo rico don, que para describirlo, palabras vanas son…”
Este antiguo himno me recuerda no solo de la salvación por gracia que nos trajo Jesucristo al nacer en este mundo, sino la obligación de aprender a ser dispensadores de la gracia en todas nuestras relaciones, en todas nuestras instituciones y en todos nuestras costumbres y celebraciones.
Si usted se pregunta porque estoy mencionado la gracia de Dios en un escrito sobre si podemos o no celebrar la fiesta de navidad, la respuesta es sencilla. Necesitamos gracia para saber vivir con las diferencias. Necesitamos gracia para celebrar la navidad con el énfasis bíblica adecuado y para no celebrarla si esa es la opción que hemos elegido. Es por ello que creo que cometen un serio error y nunca podrán relacionarse con el amor que Dios ordena, ni en sus casas, ni en la fiesta de cumpleaños, ni en sus congregaciones, ni con otras culturas, ni en la temporada de navidad, quienes no determinan no solo ser receptores de la gracia divina, sino también ser dispensadores de ellas.
LA LLEGADA DE LA MARAVILLOSA GRACIA
Generalmente, no realizo predicciones acerca de los artículos o libros que escribo o los estudios que presento, pero creo que ahora sí estoy listo para hacer una de ellas. La predicción general es que si usted adopta los principios entregado en este escrito, si es que usted los pone en practica con todo su corazón, estoy convencido que estos transformarán su vida. Usted nunca mas será el mismo si entiende la gracia de Dios y decide relacionarse con las demás personas basado en las exigencias de la gracia divina. Sus actitudes serán cambiadas positivamente, de actitudes negativas se convertirán en actitudes mucho más positivas. Sus relaciones interpersonales podrán ser cambiadas y si es una persona sospechosa e intolerante podrá convertirse en una persona que confía bíblicamente. Si usted se ha convertido en una persona legalista que quiere imponer su lista de creencias en asuntos secundarios y cree que los que no tienen instrumentos en sus congregaciones son menos espirituales, o cree que los que tienen una variedad de ellos, son carnales, la gracia debe convertirlo en una persona amorosas. Si usted cree que quienes celebramos la navidad son menos espirituales que usted o si usted es un abusador de la gracia y cree que debe practicar sus elecciones secundarias sin importarle los débiles en la fe, y cree que quienes no la celebran son menos espirituales que usted, no ha entendido su gran responsabilidad de actuar con gracia en todas sus relaciones, en todas sus actuaciones, en todas sus organizaciones y en todas sus elecciones y celebraciones.
Estoy convencido que si usted aprende a actuar con gracia y amar a todos independiente de las diferencias, su vida y sus relaciones serán muy diferentes. La actuación basada en la gracia producirá alivio a sus ansiedades, aliviará la intensidad de su vida espiritual y le brindará la paz que tanto necesita.
Algunas personas viven tan atrapados en sus actitudes legalistas y de juicios por las elecciones diferentes de sus hermanos, que les resulta muy difícil relacionarse y relajarse. Por su rechazo a las diferencias, algunos viven en permanente tensión con los miembros de su familia, con compañeros de trabajo o miembro del cuerpo de Cristo y por asuntos secundarios que son de libre de elección para todas las personas. Debo decirle que este mensaje de la gracia puede suavizar su espíritu, estos principios le harán más sabio. Usted se dará cuenta que la gracia es el lubricante que nos permite vivir con personas diferentes, usted se dará cuenta que algunas personas que rechazan su presencia por sus comentarios negativos, se sentirán mas atraídos mientras más abrace la gracia.
Una mirada a la maravillosa encarnación de la gracia.
Primero le invito a dar una mirada a un acontecimiento maravilloso que vale la pena recordar, que vale la pena celebrar en cualquier época del año. Un acontecimiento que el mundo sin Dios, un mundo religioso ha celebrado y que los cristianos también hemos recordado, no por las mismas ideas del mundo, no con las mismas motivaciones que tiene el ciudadano común. El nacimiento de Cristo es una época digna de ser recordada, así como es maravilloso recordar su muerte y resurrección. Es la temporada del año en que recordamos que la gracia se encarnó, finalmente la vieron los discípulos, la vieron en carne y hueso, la vieron llegar al mundo, había nacido de una mujer, y pronto estaría caminando entre ellos y dispensando lo que tanto necesitaba la humanidad. La mas grande fuente de gracia, el mas grande dispensador de gracia había nacido en Belén de Judea. Los que celebramos maduramente, no celebramos el comercialismo, celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, nos alegramos mucho mas que con el nacimiento nuestro y el nacimiento de nuestros hijos y celebramos la venida de nuestro Señor a este mundo para que seamos salvos por la gracia, aprendamos a vivir con gracia, aprendamos a relacionarnos con gracias, aprendamos a vivir con nuestras diferencias dominados por la gracia, nos casemos y vivamos en unidad por gracia.
LA GRACIA ESENCIAL PARA DESARROLLAR EL RESPETO MUTUO
La verdad es que algunos cristianos han aprendido mas la condenación de los que no piensan igual que ellos, en vez de aprender a vivir con gracia. Algunos han adquirido conocimiento por medio de la Biblia, han aprendido a discutir sus argumentos, pero no han crecido en la gracia y en el conocimiento de Dios. Algunos han crecido más en el conocimiento, y menos en la gracia. Algunos cristianos se molestan, se desprecian los unos a los otros y discuten sus áreas de conocimiento, pero no han aprendido a tratarse con gracia. Algunos miembros del cuerpo de Cristo se han relacionado de una manera destructiva e intolerante. Algunos cristianos han ofendido a otras personas porque tienen diferencias en asuntos secundarios, tales como si celebrar o no la fiesta de navidad, y en medio de su condenación se han olvidado que actuar con la gracia de Dios es su obligación. Algunos cristianos quieren ver la verdad en blanco y negro porque no han aprendido a ser dispensadores de gracia. Cuando nos sabemos vivir basados en la gracia, nos convertimos en jueces, en jueces intolerantes y pasamos rumores de los unos sobre los otros, aun sin conocer todos los hechos. Nos convertimos en personas que pensamos lo peor, en vez de lo mejor de las demás personas. Condenamos a otros porque sus opciones secundarias no son las nuestras. Los que no actúan con gracia condenan a los que oran sentados porque ellos oran parados o condenan a quienes van al cine porque ellos han decidido no ir. Ellos condenan a quienes no celebran la navidad tildándolos de inmaduros y los otros condenan a los que la celebran, tildándolos de mundanalizados. Quienes así viven, no pueden vivir la vida conforme al diseño divino.
El Sr. Reinhold Nebuhr escribió lo siguiente: “Usted puede ser capaz de forzar a la gente a mantener un nivel mínimo de normas de criterios, exigiendo ciertos deberes, pero, la más alta moral y los logros espirituales más altos no dependen de nuestra habilidad de empujar, sino de nuestra habilidad de alzar, de levantar porque la gente debe ser atraída a, y por la justicia.”
Beneficios de vivir dispensando gracia.
El legalismo es lo contrario a la gracia. El legalismo no es el sistema de pensamiento que solo enseña la presencia e importancia de la ley. Fue Dios quien la estableció innumerables leyes durante la historia del mundo y los diez mandamientos todavía deben ser aplicados.
Legalismo no es el sistema que motiva a otros a cumplir leyes divinas obtenidas de la palabra de Dios. Dios manda que cumplamos sus leyes y mandamientos. Ellos no son entregados para nuestra diversión o simple conocimiento.
Legalismo no es actitud de oponerse a las leyes que Dios ha determinado. Esto significaría que el hombre puede vivir la vida cristiana sin leyes y sin una estructura moral.
Dijo Charles Ryrie: “La libertad cristiana no le da al creyente la opción de vivir como le da la gana. No es licencia. La libertad ubica al cristiano en una posición adecuada para vivir como Dios quiere. Lo que no podía hacer como un no regenerado, el creyente tiene la opción de hacerlo como un hombre regenerado.
Legalismo, en la teología cristiana, es un termino peyorativo que se refiere a la inapropiada fijación en el cumplimiento de leyes o códigos de conducta con la equivocada motivación y creencia de que las obras tienen algún merito para la salvación. El legalista toma la ley y trata de cumplirla porque cree que tiene algún merito para la salvación. Esa fue la actitud errónea de los judaizantes que querían influenciar a los Gálatas. Ellos creían que las buenas obras que producen el guardar la ley, mas la obra de Cristo, producían la salvación del creyente. Es una actitud errónea con respecto a la salvación que resulta en que la persona, aunque no lo acepte, depende de sus obras para la salvación y la mezcla con la gracia de Dios, y esa mezcla lo lleva a desligarse del evangelio genuino. Note lo que dice Pablo en el capitulo 5:
2. He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.
3. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.
4. De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Legalismo es determinar que ciertas conductas son esenciales para mantener la salvación que Cristo ha regalado. Los legalistas eligen opciones secundaria y quieren imponerlas a los demás, sea que crean que ellas influyen en su salvación o no. El legalista cree que son inmaduros o no tan espirituales las personas que en asuntos secundarios tienen elecciones distintas. Los legalistas promueven la obediencia a leyes esenciales o secundarias mediante el temor a perder la salvación recibida o para mostrarse como superiores espiritualmente, sea que lo declaren o no.
LEGALISMO es una actitud errónea hacia el código de leyes basadas en las escrituras y que la persona ha determinado obedecer. Actúan como legalistas las personas que determinan que además de la salvación regalada por Cristo, ellos deben realizar determinadas obras o tener determinadas actitudes para ser verdaderamente salvo. Por ello la persona establece determinadas leyes con cierto fundamento de las escrituras o tomando las escrituras erróneamente y cree que debe cumplir con esas leyes para mantenerse salvo o ser salvo. Esta actitud lleva a la persona al orgullo de creer que si cumple mas de sus auto imposiciones es un mejor cristiano y se autoriza a criticar a otros que no cumplen las restricciones o leyes que personalmente se ha auto impuesto. Por ello, el hacer todo esfuerzo para cumplir las leyes divinas o animar, motivar a otros que las cumplan no es legalismo, sino la actitud errónea para desear cumplirlas.
El legalismo no es la obediencia apasionada de los mandamientos divinos, eso debemos hacerlo. Legalismo no es adoptar fuertes convicciones teológicas fundamentales y personales, cumplirlas, amarlas y compartirlas, eso Dios lo demanda. La Biblia nos enseña que debemos tener claras, bien conocidas y firmes convicciones doctrinales personales.
Legalismo no es tener claras y precisas elecciones personales secundarias. Es querer imponer lo secundario, sus elecciones personales, como orar parado o sentado, usar corbata en el culto, cantar solo himnos, no maquillarse, no utilizar instrumentos musicales en su templo, no ver televisión. No existe nada malo en elegirlo personalmente sin creer que le hace mas espiritual, pero existe todo malo cuando lo elige, por elegir cree que solo usted hace lo correcto, que los demás están equivocados, que los demás son menos espirituales y que debe exigir sus elecciones secundarias personales.
Cuando digo que son secundarias describo a convicciones que no tienen que ver con la salvación porque no son parte de nuestras doctrinas fundamentales. Tienen que ver con áreas de elección personal. Una mujer puede decidir que no se cortara el pelo y aunque sabe que no es esencial para su salvación, ella prefiere mantenerlo largo. Si es su elección personal y no la impone a otras mujeres, ni se cree mas espiritual por ello, ni cree que por hacer eso mantiene su salvación, eso no es legalismo.
El legalismo es una actitud tan negativa que no solo destruye la unidad, tal como ocurría en la iglesia de Corinto, sino que mantiene a las personas es esclavitud, tal como Pablo enseña en su carta a los Gálatas. El legalismo es un error en la concepción escritural que impide que los cristianos disfruten del gozo que nos ofrece Pablo en su carta a los Filipenses y que a pesar de que tenemos todo para vivir vidas completas en Cristo, como Pablo enseña en su carta a los Colosenses, el legalismo nos presiona para que creamos que somos nosotros los únicos responsables de vivir vidas completas.
La maravillosa gracia y sus consecuencias
Demos una mirada a la maravillosa vida caracterizada por la gracia. Estoy convencido que todos los que aprenden a vivir dispensando gracia obtendrán muchos beneficios. Observemos algunos:
Podremos apreciar mejor el maravilloso regalo divino como producto de su gracia.
Evitaremos el estrés y el rechazo que produce el que vivamos preocupados de las elecciones de las demás personas.
Cuando nos convertimos en dispensadores de gracia somos mas tolerantes de las diferencias y disfrutamos de mas gozo por evitar los juicios innecesarios y los actos de imprudencia.
Cuando entendemos la gracia y la dispensamos avanzamos en forma consistente hacia la madurez.
“La celebración de la navidad no es una orden, ni tampoco es un pecado. Su celebración o no es el resultado de la elección personal de quien tiene derecho a escoger cualquiera de las dos opciones, sin tener derecho a realizar condenaciones a quienes han elegido diferentes opciones. Por sobre todo la Navidad debe ser un tiempo de recordar la obra de Jesucristo y de renovar nuestros votos como cristianos. La Navidad debe ser un tiempo en que ignorando todo lo pagano y mundanal en esta celebración podemos alegrarnos con devoción por la llegada de nuestra salvación”.
EL RESPETO MUTUO ESENCIAL EN TODA CELEBRACIÓN ESPECIAL
En la sección anterior no solamente le motive a pensar en la gracia vertical que viene de Dios hacia nosotros por medio de Jesucristo, sino en la gracia horizontal que fluye de nosotros hacía otros individuos como resultado de la gracia divina recibida. La utilización de la gracia recibida es una actitud que escogemos y por la cual podemos demostrar lo mismo que Dios ha demostrado con nosotros. Dios demostró Su gracia para con nosotros cuando estábamos perdidos sin esperanza y sin tener absolutamente nada como pagarle, pero El tuvo una actitud de gracia para nosotros. Habiendo sido recipientes de esta clase de actitud y esta gracia, deberíamos seguir las enseñanzas y el mandamiento de Pablo a los Efesios en el capítulo 5, cuando nos exhorta a imitar a Dios diciendo:
“Por tanto. Imiten a Dios como hijos amados. Vivan en amor como también Cristo nos amó y se entregó a si mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.”
Aprender a vivir con amor y a pesar de las diferencias es una asunto de la elección de la actitud correcta. Ese es nuestro deber como cristianos. Siempre encontraremos grandes diferencias y siempre debemos aprender a vivir con ellas. Debemos aprender a rechazar el pecado, pero también aprender a respetar las diferencias en asuntos secundarios. Aun en la mas difíciles relaciones y en las mas complicadas circunstancias, es esencial que elijamos la actitud correcta.
Comer carne o celebrar la navidad: Una elección secundaria.
Recuerde que todo lo que existe dentro de su naturaleza humana resistirá la obligación que tenemos de aprender a vivir con las diferencias. Es un problema en el matrimonio, es un problema en los trabajos, es un problema en la iglesia. En Romanos 14, encontramos que el tema que trata el apóstol nos ayuda a establecer sabios principios con respecto la libertad personal en asuntos secundarios. Observe lo que dice Pablo Romanos 14 versículos 1 al 4 con respecto al respeto que debemos tener con quienes piensan y actúan diferente:
“Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderosos es el Señor para hacerle estar firme.”
El tema no es si debían o no celebrar la navidad, pero si nos entrega principios sobre cual debe ser nuestra actitud frente a las elecciones distintas de otros cristianos. La pregunta que tenían era si debían comer la carne que sobró de los animales que habían sido ofrecidas en sacrificio a los ídolos y que era vendida en algunas carnicerías. Algunos creían tener la libertad de comerla y otros creían que era carne contaminada que no debería ser comprada ni comida. observemos como el apóstol les enseña la obligación que tenia de darle la importancia que tiene verdaderamente la gracia. Aprendamos algunos principios que debemos aplicar en la controversia que tienen algunos sobre el tema de la celebración de la navidad o en cualquier otra controversia sobre asuntos secundarios.
Cuando actuamos con gracia somos motivados a aceptar a los demás pese a las diferencias y pese a su debilidad.
La palabra clave es recibir. Es lo contrario a rechazar. La idea es aceptar a la persona. Luego utilizar otra palabra. recibid al débil en la fe. Esto denota que existe un distinto nivel de crecimiento en su vida cristiana y ambos debían aceptarse. El versículo 2 dice:
“Uno cree que se ha de comer de todo, otro que es débil, solo come legumbres.”
Pablo repite el concepto de que existen personas débiles en la fe que no practican cosas que son perfectamente aceptables porque no son fundamentales ni incluyen pecado. Los clasifica como débiles, pero esta palabra no incluye a los problemáticos o criticones. La palabra débil no describe a quienes se convierten en contenciosos y buscan disputas, sino a persona que no han desarrollado todavía su conocimiento y no entienden bien la revelación de las escrituras y por ello están confundidos. La actuación de quien es fuerte, en contraste con la debilidad del otro hermano, no debe ser de menosprecio para quien no ha madurado, sino de amor y de respeto. Si tiene otra actuación tampoco es maduro por el solo hecho de comer de todo. Mas bien es inmaduro y débil por la actitud errónea elegida, aunque haya elegido comer de todo.
El problema no era en realidad comer o no comer carne, sino si entre ellos se estaban comiendo por las diferencias que tenia y por la mala actitud elegida. La enseñanza que entrega Pablo es sobre el amor que debía existir entre los hermanos. Lo que enseña es que no debe existir comparación que divide, sino aceptación que une. Creo que el problema nuestro es el mismo. Cuantas veces restringimos nuestro amor o le damos un carácter condicional, diciendo “Si haces esto o no haces eso, entonces yo te aceptaré o no te aceptaré.”
“La Palabra de Dios nos ordena amarnos, respetarnos y aceptarnos los unos a los otros. Además, nos ordena que respetemos la libertad que El nos ha entregado para que en áreas secundarias tengamos convicciones distintas. Durante todo el año y especialmente en navidad, es esencial que tengamos palabras, actitudes y acciones que motivan la paz y la armonía y no un espíritu critico y condenatorio que produces las divisiones.”
Quienes deciden vivir la gracia evitan las contenciones sobre distintas opiniones.
Pablo dice, “recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.”
Todos tenemos derecho a tener opiniones, y todos tenemos derecho a expresarla, pero ningún cristiano tiene derecho a contender sobre las opiniones diferentes que tiene. Si se va a relacionar con alguien que tiene opciones diferentes, evite contender por las opiniones distintas que tiene. Con respecto a la navidad, todos podemos tener opiniones diferentes, pero nadie tiene el derecho de contender ni con personas de su congregación, o de otra o con miembros de su familia que tienen opiniones diferentes.
Quienes han aprendido a dispensar gracia no tienen una actitud de desprecio por las personas solo por las diferencias que existen.
Note la orden que aparece en Romanos 14:3 dice:
“El que come, no menosprecie al que no come,”
Despreciar es considerar como menos a los demás. Despreciar o no tener en cuenta es la reacción habitual de aquellos que se creen tener la libertad de tratar de cualquier manera a aquellos que son más reprimidos o rígidos o que piensan diferente. El menosprecio es la actitud que eligen los que celebran la navidad con una actitud errónea y los que no la celebran, cuando creen menos espirituales o atacan a quienes tienen convicciones diferentes. Es fácil que los que no se consideran legalistas al elegir celebrar la navidad, quieran menospreciar, mirar en menos a quienes intentan convencerlos de no celebrarla y lo mismo ocurre con los que piensan que los que la celebran, son pecadores. Las dos actitudes son erróneas, aunque ambas personas tienen derecho a su libre elección. Pablo enseña que frente a las diferencias, nuestra respuesta siempre debe estar matizada con la gracia, con una actitud de respeto pues lo contrario es despreciar a quienes son parte del cuerpo de Cristo, aunque en asuntos no esenciales elijan algo diferente. Independientemente de su elección personal, los cristianos tenemos la obligación de evitar todo menosprecio de quienes eligen algo diferente.
Actuar basados en la gracia nos exige evitar juzgar las motivaciones de los han elegido hacer algo que nosotros elegimos no hacer.
Pablo dice: “el que no come, no juzgue al que come;”. Esta es la acción de juzgar, criticar, considerar negativamente, hacer suposiciones exageradas y erróneas, y hasta injuriosas del carácter de la persona que hace algo diferente a lo que nosotros creemos que se debe hacer. El Sr. William Barclay dice sobre esto: “Los judíos habían transformado el “Sabbat” en una tiranía, rodeándolo de una selva de reglas, normas y prohibiciones. Se había convertido en un fetiche.”
Se puede imaginar que el día de descanso se haya transformado en un fetiche, puede imaginarse que una ordenanza divina motive una reacción errónea, solo por la errónea actitud de quien quiere cumplirla o que otro la cumpla. El problema no es la orden sino la actitud de las personas. Es mas grave la actitud de juicio, la actitud negativa de condenación de quien actúa diferente cuando no existen ordenes divinas que deben ser obedecidas, sino solo la posibilidad de una elección humana y el derecho a elegir hacer o no hacer algo y cuando, como en este caso, cualquier elección no produce una ningún pecado ni debe producir ninguna condenación.
Quienes deciden actuar con gracia pese a las diferencias entienden que ellos no debe constituirse en jueces que conocen las motivaciones de otros para sus celebraciones, sino dejar que el Señor sea el que realice la evaluación de cada elección.
Ninguno de nosotros tiene la capacidad de juzgar correcta y bíblicamente. Cada persona tiene su lista de “SIs” Y “NOs” en asuntos secundarios y Dios nos da la libertad de elegir. Ningún tiene la libertad de elegir pecados, pero también ninguno tiene que imponer sus elecciones personales y los maduros saben elegir maduramente. Nosotros tenemos que luchar por nuestras convicciones teológicas fundamentales. Es nuestro deber defender nuestra fe, pero no discutir por asuntos de nuestra fe y peor con malas actitudes. Judas, en su carta nos manda a contender por nuestra fe y presentar sabia defensa de ella, pero Pablo dice que no contendamos con los creyentes por preferencias secundarias distintas. En este caso de Romanos 14 Pablo dice que si alguien cree que debe comer legumbres, usted no cree una polémica, no trate de imponer sus criterios, no es su derecho, su derecho es elegir lo que usted quiere y su obligación es respetar las lecciones de los demás. No olvide que usted en su casa no esta viviendo solo, si su convicción viene de Dios y no solo porque sonó algo o alguien se lo dijo sino porque usted realizó un estudio profundo de las escrituras y su estudio tiene la aprobación de hombres bien preparados, entonces siga su convicción y respete las de los demás. Si no está influenciado solo como producto de sus tradiciones, mantenga sus principios, pero respete las preferencias de los demás. ¿Puede imaginarse un hogar donde papa impone sus convicciones personales secundarias y también mama quiere imponerlas pues ella tiene otra distintas? ¿Puede imaginarse la lucha de poder, las discusiones y las heridas que se causarían? El versículo 4 de Romanos 14 dice:
“¿Tu quien eres que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor esta en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días.
Celebraciones y opciones.
Las celebraciones, son opciones que los individuos pueden decidir adoptar o rechazar. No es pecador el que celebra un acontecimiento que no incluye pecado ni es pecador o mas santo el que no lo celebra, solo es una opción que la persona ha elegido. Sea que se celebre su cumpleaños, el nacimiento de Cristo o la fiesta de la independencia de su país. Debemos decidir si celebraremos el descubrimiento de América y la llegada de Cristóbal Colon y nos alegramos que haya sido descubierta, o no celebramos nada porque cuando ocurrió, hubo ataques y matanzas de indígenas. Incluso un cristiano puede protestar por algo, pero siempre que no exista pecado ni se rompa ninguna ley. Toda celebración, toda fiesta, toda fecha especial, demanda una posición equilibrada que nos permita una decisión bíblica. Lo mismo demanda la decisión de celebrar o no la fiesta de Navidad.
Celebraciones y comercialismo.
El hecho de que una celebración sea una opción no significa que podemos hacer lo que queremos para celebrar de la manera que escojamos independiente de lo que hagamos. En ninguna opción elegida el cristiano tiene la libertad de irse a los extremos y usar la libertad como ocasión para la carne, pero es cada persona la responsable de mirar la viga que hay en su ojo en vez de estar buscando descubrir si hay paja en el ojo ajeno. Sin duda existen cristianos que por falta de instrucción y sabiduría tienen celebraciones extremas. La navidad es una celebración que nos abre las puertas para los extremismos, así como los cumpleaños y la fiesta de año nuevo.
He sido testigo de extremos en las celebraciones. Padres que han gastado grandes cantidades de dinero al punto de gastar todos sus ahorros o quedar endeudados para celebrar la fiesta de 15 años de su hija y he visto a novios que gastan extremadamente en los detalles, y celebración de su boda. Quienes así actúan no son sabios, no actúan con prudencia y transforman fiestas con hermosos simbolismos en celebraciones plagadas de extremismos. Gastar mas de lo que tiene, gastar sus ahorros en cosas innecesarias y peor aun, por seguir los gustos de una hija adolescente, por seguir los gustos de un novio, novia, o una familia extravagante, son actos de necedad, de imprudencia que rompen los principios bíblicos de buena mayordomía.
Existe comercialismo en la sociedad, por supuesto que si, influencia el comercialismo, existe influencia del materialismo en la celebración del día de los cumpleaños, del día de la madre, del padre, y se hacen campañas para que compremos cosas y gastemos mas dinero, por supuesto que si. Debemos celebrar el día de la madre, solo si es así lo elige. Si a usted no le gusta y a su madre le gustaría y se sentiría triste si no lo hace, por supuesto que debería tener un día especial de agradecimiento y celebración.
Celebraciones y familia.
Toda celebración que destruye las relaciones familiares no debería realizarse porque ya no es celebración sino la oportunidad para las heridas en una respetable relación. Es cierto, no debemos celebrar nada como celebra el mundo basado en su filosofía de celebración, pero podemos celebrar lo que elegimos basados en las principios bíblicos que deben regir toda relación, toda actuación y toda celebración. Es por ello que todos los que no han actuado con sabiduría y desean operar bíblicamente deben realizar un cambio. Pero lo que tiene que cambiar no es que los demás hagan lo que yo quiero que hagan, sino la actitud no bíblica y destructiva de las relaciones de las personas que desean o no desean celebrar algo. Las celebraciones deben ser momentos en que la familia celebra y la familia debe unirse en un momento de conmemoración, de festividad que realza el cariño y la unidad. Cuando se transforma en una temporada de discusiones y altercados, la celebración por la mala actitud de convirtió en un La época de Navidad sin duda es una de las más hermosas del año, sin embargo como cualquier otra cosa en la vida puede ser absolutamente mal interpretada. Por otra parte, la Navidad debería ser una fecha en que la familia se une, pero tristemente es una de las épocas del año en que más problemas existen en ella. En Navidad debería existir paz. Después de todo eso fue lo que proclamaron los ángeles. Ellos dijeron “Paz a los hombres de buena voluntad.” Lamentablemente es una de las épocas del año en que existen mas conflictos, en que la gente tiene menos paz y las estadísticas nos dicen que es la temporada del año cuando más suicidios existen.
Mi anhelo al compartir estos pensamientos es ayudarle a hacer lo que creo es correcto de acuerdo a mi comprensión de la Palabra de Dios. En realidad no necesitamos estar de acuerdo en todo. Puedo transar diferencias y no tiene que escribirme como ya alguien lo hizo para decirme que estoy equivocado porque le estoy indicando que no me interesa la controversia, ni me preocupa si usted piensa diferente en asuntos secundarios tal como si el árbol de navidad es pagano, si Cristo no nació el 25 de diciembre. Yo también creo que el árbol de navidad no tiene origen cristiano, ni creo que Cristo nació el 25 de diciembre, pero que lindo es tener una fecha, cualquiera que sea, en cualquier época del año en que millones de personas por lo menos se recuerdan del nacimiento de Cristo, aunque en la mente liberal cada vez quieran secularizar mas la fecha. Lo que no acepto son errores doctrinales y aunque le respete, no aceptare que lo que usted propone se verdad. Si usted no cree que Cristo es Dios, si cree que no existe la trinidad, si no cree en el nacimiento virginal, ni en la encarnación de Cristo, entonces le diré que usted no es cristiano y no discutiré, le respetaré, pero rechazaré su posición doctrinal. Pero si usted no desea celebrar la navidad aceptaré su posición y la respetaré y con amor y fortaleza exigiré que respete la mía y no discutiré para ponernos de acuerdo. Es que en esta época aparecen los eternos enemigos de la Navidad y los constantes defensores de ella y se forman polémicas sin sentido y que enfocan en temas que son opcionales. No quiero ser parte del problema, mas bien es mi anhelo ser parte de la solución. Mi sugerencia que si usted no cree en Cristo como Dios y salvador, no intente convencerme, pues ni yo tratare de convencerlo a usted, porque ese es el trabajo del Espíritu Santo, el convence al mundo de pecado y si usted no ha sido tocado por el, yo no puedo hacer nada por usted. Mi sugerencia es que si usted cree en Cristo como su salvador, pero no cree en detalles de la navidad, como los que he mencionado, no discuta y no celebre, pero ame y respete. Si usted cree en Cristo y le encanta disfrutar de su árbol, sus luces, su nacimiento, su comida, su tiempo de familia, sus reuniones, los dramas de navidad y las cantatas, disfrútelo al máximo y ni siquiera discuta con alguien que no quiere y quiere polemizar. A usted le invito a enfocar en Cristo, a aceptar con gracia las diferencias y no trate de imponer sus creencias no esenciales en las convicciones de otro individuo.
Me encantó un pequeño editorial titulado: “La Controversia de la Navidad”. Ponga atención a estas sabias palabras: “Sucede cada año. Los críticos acérrimos nos dicen que la Navidad es pagana y que los cristianos conscientes no deberían celebrarla. Por supuesto, debemos admitir que algunas costumbres de la Navidad indudablemente son paganas en su origen. Por ejemplo, Cristo no nació un 25 de Diciembre. Nadie sabe exactamente cuando El nació; pero tenemos buenas razones para sugerir que no fue en Diciembre 25. En la noche del nacimiento de Jesucristo los pastores estaban en el campo teniendo cuidado, velando por sus ovejas, según Lucas 2 versículo 8. Los eruditos nos dicen que los pastores de Palestina mantenían sus rebaños en el campo en la noche solamente desde Abril hasta Noviembre. La designación de Diciembre 25 como del nacimiento de Jesucristo tiene su raíz en la necesidad de acomodar a los paganos del imperio Romano que habitualmente celebraban el nacimiento del sol en ese día. Además algunos dicen que los cristianos primitivos fueron atraídos a la idea de que el primer día de la creación, era en el equinoccio de la primavera, por eso supuestamente razonaban de que la venida del Redentor para introducir una nueva creación tenía que haber ocurrido en el mismo tiempo. No hay realmente pruebas escriturales de esto. Pero qué importa. Si en realidad el 25 de Diciembre fue una fecha original y diseñada por los paganos para adorar al sol, aquel significado no tiene ningún sentido para los cristianos. Cree usted que tiene algún sentido? No, no es lo que nosotros pensamos cuando a Cristo adoramos.
También de una costumbre romana llamada “saturnalia”, vino la idea de dar regalos y el prender candelabros. Del paganismo teutónico obtenemos también el árbol de Navidad y en opinión de algunos también los villancicos navideños. Sin embargo estrictamente hablando debemos distinguir entre los villancicos navideños y los himnos de Navidad y esto no es muy fácil de hacerlo. Mientras algunos villancicos pueden ser poco serios en su contenido y tal vez sus notas fueron escritas con notas en medio de bebidas, los villancicos cantamos más frecuentemente en nuestras congregaciones, están entre los más preciosos de los himnos. Villancicos como el creado por Carlos Wesley nos muestra un rico ejemplo de una gran doctrina expresada en la música”.
Continúa el escritor diciendo:
“En el asunto de dar regalos, es verdad que el comercialismo es parte de los mercaderes que inundaron sus locales con luces y papá Noel para nuestros hijos. Nos manipularon ruinmente. Pero los paganos no fueron los únicos que entregaban regalos en el mundo antiguo y no hay razón por qué nosotros los cristianos no podemos dar regalos de acuerdo al espíritu del Nuevo Testamento y no necesariamente ser manipulados por las costumbres paganas. No necesitamos ponernos cínicos en vez de eso y en vez de preguntarnos cuánto están ganando los comerciantes en las ventas de Navidades, mucho más satisfactorio, sin caer en el comercialismo, es aprovechar el tiempo para compartir con alguien que verdaderamente amamos”.
Esto me lleva a la siguiente conclusión:
“En todo proyecto, en toda circunstancia, en toda relación, y en toda celebración, incluyendo la navidad, existen diferencias de opinión que pueden producir división y aun malas actitudes y animadversión. Cuando todas las personas aprenden a vivir con respeto y basados en una actitud de gracia abundante, pueden tener relaciones y celebraciones hermosas, sabias y emocionantes.”
DISCERNIMIENTO PARA DISFRUTAR Y ACTUAR BÍBLICAMENTE
La llegada de Jesucristo a este mundo fue muy impactante no solo para su época, sino para toda la historia. Fue tan importante que la historia se dividió en el antes de Cristo y el después de Cristo. Por supuesto que esta verdad es ignorada y aun despreciada y quiere ser cambiada por los agnósticos y ateos, los liberales y humanistas de este mundo. Ellos no quieren relacionarse con Dios, sino con la diosa tierra, la naturaleza. Ellos no quieren ir a un templo a adorar a Dios o a una montaña a admirar su creación, ellos prefieren reunirse en las montanas o frente al mar para adorar a su diosa naturaleza. Ellos no tienen interés en el Dios que creó a los hombres pues ellos creen que los hombres creamos a Dios, y que Cristo no es Dios, sino solo un admirable hombre. Ellos creen en el dios que ellos adoran, que ellos siguen, un dios que los ama, que los comprende, que le cumple todos sus gustos y que es el responsable de su bienestar y destino. Ellos se adoran a ellos mismos, porque debido a que creen que cada persona decide sus valores, y destino, entonces, cada persona es un Dios.
Ellos tienen toda una agenda para desterrar la idea de Dios e ir paulatinamente y en forma sutil, haciendo desaparecer la idea del nacimiento de un Cristo Salvador. Por eso ellos con sus abogados luchan por eliminar aun los símbolos del cristianismo. Esa es una de las tareas esenciales de grupos de abogados ateos, liberales, o humanistas que tienen organizaciones que legalmente luchan por quitar todo vestigio de nuestra fe y como no pueden prohibir nuestra fe, por lo menos, luchan para que públicamente no aparezcan símbolos de ella. Ellos luchan para desterrar la celebración de la navidad porque saben que es la celebración del nacimiento de Cristo. Aun los liberales lo saben y por ello quieren que desaparezca. Sabia usted que ellos han luchado y han logrado que en los Estados Unidos se quiten los diez mandamientos de oficinas publicas, que no se repartan biblias en las escuelas, que no se pueda orar ni siquiera en la graduación de un muchacho cristiano y que no se mencione a Dios. Sabia que ellos no quieren que se ensene la creación bíblica, pero si la teoría de la evolución y que no quieren que se diga en los negocios Feliz Navidad, sino felices fiestas, y evitan al máximo tocar públicamente villancicos con letras cristianas que hablen del nacimiento de Cristo. Y en medio de ellos hay cristianos que tampoco quieren que se celebre la navidad solo basados en ideas secundarias que solo ayuda a la agenda humanista que quiere desterrar aun el reconocimiento publico del nacimiento de Jesucristo.
LA ACTITUD POSITIVA: Volver al significado original.
Si existe algo por lo que podemos luchar es que por lo menos entre nosotros, los cristianos, volvamos a enfocar en lo que ocurrió originalmente y celebremos sabiamente. Aunque es imposible cambiar las costumbres que se van haciendo parte de la cultura de una nación, creo que si es posible personalmente tomar un tiempo de reflexión y determinar volver al significado original. Para ello, no existe otro lugar en el que podamos comprender mejor lo que significa Navidad, que la Palabra de Dios. No es la única época en que debemos enfocar en nuestro salvador, pues junto a semana santa en que debemos acordarnos de El, deben ser temporadas en que en nuestra adoración y alabanza se enfoca mas en algunos aspectos importantes de nuestra relación con El.
La discusión no es si debemos enfocar en Cristo todos los días. Eso no debe ser tema de discusión sino una costumbre bíblica de todo cristiano. El asunto es si en ciertos días especiales tenemos ciertos enfoques especiales. Por supuesto, Cristo debe ser nuestro enfoque todos los días y toda la vida, pero que tal si enfocamos un poco mas en la persona de Cristo cuando celebramos su nacimiento, tal como enfocamos en nuestros familiares en sus cumpleaños.
LAS ACCIONES CORRECTAS: obligaciones de todo cristiano.
Ya he sido directo en mi orientación con aquellos que no desean celebrar la navidad o cualquier otra festividad. Ellos deben elegir una actitud cristiana de amor y respeto por todas las personas y evitar las discusiones y actitudes contenciosas. Ellos deben tomar su decisión personal, y no solo respetar la decisión del resto de sus familiares, sino, en el caso de los padres y cónyuges, deben permitir que sus hijos o cónyuges celebren con alegría algo que no es pecaminoso, sino solo una elección personal.
Ahora, basado en la palabra de Dios deseo compartir algunas acciones que deberían ser elegidas por todos los cristianos que desean actuar con madurez mientras desarrollan ideas y acciones para celebrar el nacimiento de nuestro Salvador. Reflexione conmigo y guarde en su corazón algunos principios que desprendo de 1 Timoteo 6:17-21. Por supuesto, este no es un pasaje sobre el nacimiento de Cristo o los detalles de la navidad, pero nos entrega sabios principios que deben ser aplicados en toda situación, incluyendo la navidad.
El apóstol Pablo escribe a su discípulo Timoteo:
“A los ricos de este siglo mandan que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para si buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vana, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amen.”
Basados en estas ordenes del apóstol para orientar sobre actitudes que deben ser adoptadas por los cristianos, desprendamos los siguientes principios:
I. DISFRUTEMOS AL MÁXIMO ESTA TEMPORADA Y LAS BENDICIONES QUE DIOS NOS HA DADO: Dios nos ha suplido ricamente de todas las cosas para que las disfrutemos y no para que nos peleemos ni nos amarguemos.
Observe lo que dice el versículo 17.
“el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Dios nos da abundantemente para que disfrutemos abundantemente. Usted no se imagina cuantos cristianos elige una errónea actitud que les produce un estado de molestia y amargura en esta época, sea que ellos lo admitan o no. Algunos han elegido creer que el dar un regalo en tiempo de Navidad es anti-bíblico, que es un gasto de dinero, y viven amargados y traen amargura a los que les rodean. Hay algunos cuya amargura es producto de la visión legalista y limitada que tienen de las cosas o porque no creen en el Cristo que nosotros creemos. Dios nos ha dado las cosas para que las disfrutemos. Si él le ha bendecido económicamente es para que lo disfrute, no para que se peleen los herederos cuando usted muera. Note que no digo que Dios nos ha dado para que los malgaste, sino para que lo disfrute. El placer no es pecaminoso cuando se ajusta a los principios divinos.
No existe fundamento bíblico para creer que disfrutar de la vida no es un propósito de Dios para nosotros, eso es mero gnosticismo. Dios nos da la vida, nuestras emociones y sus bendiciones para que las disfrutemos. Si usted puede disfrutar con su familia del dinero que Dios le ha dado y puede preparar una comida excelente como no ha comido todo el año, o si puede comer una comida sencilla, disfrútenla. Si puede hacer pequeños regalos de acuerdo a la sabia utilización de su presupuesto, hágalo. Si puede hacer grandes regalos y no actúa con motivaciones incorrectas ni con falta de mayordomía, recuerde que Dios le ha dado todo para que lo disfrute. Quienes intentan que vivamos una vida apagada, sin diversión, sin disfrutar de nuestros gustos y deseos que no son pecaminosos ni extremos, no han entendido que Dios nos da todo para que los disfrutemos.
II. HAGAMOS EL BIEN Y ACTUEMOS GENEROSAMENTE: Dios nos manda que hagamos lo bueno y actuemos generosamente seguros de la recompensa eterna, aunque no exista recompensa terrenal. Versículos 18-19.
“Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para si buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.”
En toda época, especialmente en una temporada que se acostumbra celebración y regalos, debemos elegir las buenas obras. Por toda la presión, la susceptibilidad que existe en ésta época y por la abundancia de tentaciones es más fácil están pendientes de lo que nos pueden dar en vez de lo que deberíamos compartir. Hacer el bien significa que debemos hacer lo correcto de acuerdo a Dios y no de acuerdo a nosotros. Hacemos mal cuando llenamos de regalos a nuestros hijos para tapar nuestra ausencia durante todo un año. Los hijos no solo quieren regalos sino a los padres que se sacrifican por los regalos que le dan a los hijos. La orden divina es que en toda época y especialmente en tiempo de celebración, actuemos con generosidad. Esto nos mueve a pensar en los necesitados, en dar generosamente de nuestro tiempo de nuestros recursos para ayudar a quienes lo necesitan.
Pablo nos llama a que hagamos el bien, que tengamos buenas obras, que compartamos con los necesitados, que seamos dadivosos, generosos, especialmente con aquellos que están de alguna manera relacionados con nosotros y sabemos que se encuentran en necesidad. Esta es una buena oportunidad de pensar en personas necesitadas de su congregación, de otra congregación. Personas que no ha conocido pero sabe que pasan por serios conflictos económicos o viven en la pobreza. Esta temporada es buena para mostrar generosidad y mostrar nuestro cristianismo en forma practica y que nuestra fe no es simple espiritualización, sino que nos mueve a la acción. No podemos alcanzar a todos los pobres, pero tal vez hay alguien en especial quien ha sido puesto en su camino por Dios. Sea generoso con su familia, con su esposa, con sus hijos.
III. EN VEZ DE GUARDAR TRADICIONES HUMANAS PONGA ÉNFASIS EN LOS MANDAMIENTOS DIVINOS: Dios nos manda a cumplir los principios bíblicos y sus exhortaciones, y no enfocar o exigir a otros que tengan nuestras tradiciones. Versículo 20.
Pablo dice a Timoteo “guarda lo que se te ha encomendado.” Esto incluye lo que Pablo ha escrito en esta carta, las doctrinas y recomendaciones de esta epístola y otras que les han sido ensenadas. Pablo dice, independientemente de en que te involucres, recuerda lo que se te ha encomendado. Aplica los principios que te hemos ensenado.
A cada uno de nosotros se nos ha entregado principios que deben ser aplicados, verdades que deben ser aprendidas y practicadas porque las verdades solo enunciadas o aprendidas, no transforman la vida del hombre, sino aquellas que son practicadas. Lo más importante es cumplir los mandatos de la Palabra de Dios y no solo estudiarlos. Este es un tiempo para guardar lo que se nos ha encomendado, para practicar los principios aprendidos, de poner en obra la doctrina que hemos aprendido.
La temporada de navidad puede ser de descanso si en su empresa le dan vacaciones, esa es una buena acción que fomenta la mayordomía de la vida. Debe ser una temporada de seguir aplicando lo que se nos ha encomendado, como “ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca sino la que sea buena para la necesaria edificación de los que escuchan.” Vaya oportunidad difícil que tenemos de responder bien a pesar de la tensión que experimentamos y la forma inadecuada de actuar de otros por las presiones que experimentan. Lamentablemente en una temporada de tensión algunos no “guardan lo encomendado” y eligen un vocabulario grosero, actitudes malas, enojos y discusiones. Algunos actúan erróneamente debido a sus decisiones equivocadas o debido a la presión económica que experimentan. Otros pierden el control de sus gastos debido a su serio intento de impresionar a otros. Otros se olvidan de las verdades aprendidas y responden inadecuadamente porque se tensionan por el estrés que produce el dejar las compras a ultima hora, la aglomeración, porque no pueden ponerse de acuerdo con sus cónyuges, porque no pueden dar todos los regalos que quisieran, porque además deben cumplir con los programas de iglesia. Otros responden mal pues sienten presión por la preparación de las comidas, reuniones, cosas que se olvidaron. El apóstol recordó a los de su época y a nosotros que debemos practicar lo que se nos ha ensenado, especialmente cuando somos presionados y que no tenemos ningún derecho para olvidarnos del deposito de principios, de verdades, de mandamientos divinos que nos han sido entregado para que los cumplamos en toda temporada, incluyendo la tensionante época de navidad.
IV. NO ENFOQUE EN DISCUSIONES NI IMPONGA ASUNTOS NO DOCTRINALES ESENCIALES, ENFOQUE EN RESPETAR A LOS DEMÁS Y MANTENER RELACIONES SALUDABLES Y NORMALES.
Pablo dice “evitando las profanas pláticas sobre cosas vana…
Nada mas destructivo y ninguna actitud mas inmadura que la de discutir o tener platicas profanas sobre cosas totalmente innecesarias. Discutir sobre la navidad y su celebración es algo totalmente innecesario tal como lo comprobé con las indicaciones recibidas de la interpretación de romanos capitulo 14. Lamentablemente existen persona que les encanta las discusiones sobre asuntos que ellos han decretado que son importantes cuando una buena investigación bíblica determina que no lo es. Discutir con pasión y obligar a otros a que piensen como nosotros en asunto secundarios es meterse en platicas profanas y en discusiones vanas. Profano es lo que no muestra el respeto debido a las cosas sagradas. Actúa profanamente alguien que no le interesa lo que Dios dice, sino que lo irrespeta. Dios dice que en asuntos de comidas o celebraciones, aprendamos a amarnos y respetar nuestras diferencias. Le recuerdo lo que Pablo dice con respecto a la celebración en un día u otro y esto se refiere a guardar del día de reposo. Pablo dice:
“Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno este plenamente convencido de lo que piensa. “
Aplicando esto a la temporada de navidad que es mucho mas secundario que guardar o no el día de reposo, la discusión no debe ser una platica sobre cosas vanas, sino un acuerdo entre personas amorosas. Lamentable estas actitudes erróneas también se eligen en la vida familiar. Miembros no delicados, miembros no sensibles a los gustos y deseos de otros miembros de la familia, miembros narcisistas, especialmente padres no equilibrados, pueden elegir una actitud tirana e impositiva al no querer celebrar la navidad e imponer esas ideas a sus hijos creando un mundo de tristeza innecesaria. Una carta de una niñita chilena impacto mi corazón no solo por la actitud del padre, sino por lo centrada de la opinión de la niña.
Si no desea tener árbol de navidad no lo tenga, usted tiene todo el derecho a elegir como celebra la venida de Cristo a este mundo. Si como padre decide no celebrarla, no la celebre, pero por lo menos de los pasos que son necesarios para tener una actitud de gracia y amor que debería ser la característica de esta época. Creo que si ambos padres, después de una buena investigación bíblica y bien equilibrada deciden que su convicción es no celebrar la navidad de la forma tradicional, es decir, sin árbol de navidad, y sin regalos, deben comunicar abiertamente a sus hijos y con amor y respeto y los hijos deben respetar la decisión de los padres aunque sea injusta y dolorosa. Los padres tienen la autoridad, aunque deben asegurarse que su imposición no sea basada en una convicción extrema o sin fundamentos bíblicos adecuados. Los hijos que conviven con ellos en casa deberán sujetarse a las leyes del hogar, aunque no sean las mas justas, o estas sean el producto de convicciones personales secundarias de los padres. Los padres no siempre toman decisiones bíblicas y justas, especialmente si no tienen una buena formación teológica, pero mientras no estén obligando a situaciones pecaminosas, ellos tienen el derecho de elegir por toda la familia.
Si uno de los cónyuges no está de acuerdo, independientemente de quien sea, sea el marido o la esposa, y uno de ellos quiere celebrarla solo o con sus hijos, la decisión debe ser respetada. Si a uno le molesta tener árbol de navidad o dar regalos por la comercialización, por evitar gastar dinero, no tiene porque imponer a otro adulto como su cónyuge algo que es una elección personal. Cada persona es libre de elegir, mientras su elección no esté en el campo de lo pecaminoso. Si lo que quiere hacer es solo su gusto, si es su sola preferencia, el otro cónyuge tiene la libertad para elegir su celebración y deben dar la libertad a los niños si eligen no celebrar con uno de los padres o celebrar con el otro, pero ambos padres deben tener un compromiso de explicar con claridad la razón de la existencia de Jesucristo y su plan de salvación.
No es sabio despreciar o no considerar los gustos de su cónyuge o de sus hijos, en algo que no es doctrina esencial ni pecaminoso. No es una actuación correcta, ni caracterizada por la gracia decidir hacer lo que usted quiere, cuando toda su familia no quiere lo que usted quiere y cuando son opciones personales y la suya es tan importante como la de su familia. En la Palabra se nos manda a amarnos los unos a los otros, a servirnos en amor, a perdonarnos, a compartir, a orar los unos por los otros, con mayor razón con los miembros de nuestra familia. Esos son mandamientos que se nos han encomendado y que debemos cumplir en todo tiempo. El que usted tenga un árbol, o no lo tenga es su opción. Cada uno de nosotros tiene convicciones y las esenciales deben ser familiares, pero en las secundarias podemos tener libertad con gracia. Alguno puede estar convencido que no debe tener un árbol de Navidad, que no debe dar ni recibir regalos. Sin embargo, respete a quienes piensan diferente a usted y tenga una actitud de gracia y respeto y los demás, quienes si creen que deben participar con todos los detalles y costumbres que caracterizan la temporada de navidad, no insistan en que la persona que rechaza, lo acepte, si no le gustan los regalos, no le regalen y aprendan a respetar su privacidad.
En palabras mas sencillas, en asuntos no doctrinales, ni en acciones que no involucran pecado, sino que son de preferencia, no presione, irrespete, no discuta solo porque usted no cree lo que los demás creen pues cada persona dará cuenta a su Señor de las elecciones personales que ha escogido. Las personas no son aceptas delante de Dios cuando obedecen nuestros gustos, sino cuando tienen paz por estar relacionados con Jesucristo quien es el Señor.
Tenemos que dar espacio para que otros piensen diferente. Si usted tiene sus convicciones por favor, disfrútelas, pero no imponga ni cree discusiones y conflictos en la vida de otros.
!!!FELIZ NAVIDAD Y QUE DETERMINEN VIVIR EN OBEDIENCIA EL 2014 PARA DISFRUTAR DEUNA VIDA DE EXCELENCIA Y MARAVILLOSAS CONSECUENCIAS.!!!!
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