El fútbol y la pasión por Dios

“¡GOOOOOOOOOOOOLLLLLL!”.  Explotan las canchas, las radios y quizás la tele de su living de gritos y alegría sin control. “¡GOL-GOL-GOL-GOOOOOOOOOOOOOLLLL!”. Como misionero estadounidense recién llegando a Argentina en 2003, pude sentir la importancia de conocer un aspecto de la cultura de este país: la cancha de fútbol. En el camino vi autobuses repletos de hombres (algunos

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“¡GOOOOOOOOOOOOLLLLLL!”.  Explotan las canchas, las radios y quizás la tele de su living de gritos y alegría sin control. “¡GOL-GOL-GOL-GOOOOOOOOOOOOOLLLL!”.

Como misionero estadounidense recién llegando a Argentina en 2003, pude sentir la importancia de conocer un aspecto de la cultura de este país: la cancha de fútbol. En el camino vi autobuses repletos de hombres (algunos con gente saliendo de las ventanas) pegando en ritmo la chapa del vehículo y cantando a todo volumen por su club. Llegué a la cancha y vi una tribuna llena de energía e ilusión. Vi a la gente saltando y gritando, con humo y fuegos artificiales en todos lados. ¡Y eso que el partido ni siquiera había comenzado!

Hay solo un deporte en el mundo que puede generar semejante pasión: el Fútbol. No existe otra disciplina sobre la faz de la tierra que genere tanta atención. Padres, hijos, abuelos, tíos, amigos y hasta extraños se juntan para ver los partidos. Hay muchas palabras que se podría usar para describir el deporte de fútbol. Euforia, violencia, dinero, fanatismo… Pero quizás ninguna palabra se ubica tan bien como la palabra “Pasión”.

¿Qué tal usted? ¿Siente “pasión” por el fútbol? Le cuento que en mi caso particular me he vuelto bastante apasionado con este deporte. Para darle una idea, nuestro tercer hijo (que debe nacer durante esta copa) ya tiene su propia camiseta Argentina esperándole para hinchar con la familia.

Pero, ¿cómo puedo saber si esta “pasión” por el fútbol es en realidad una pasión por un ídolo? ¿Cómo puede un cristiano tener pasión por el fútbol y a la vez ser un cristiano apasionado por Dios? De manera más precisa, ¿cómo puede un cristiano glorificar a Dios apasionadamente y a la vez mantener una pasión por el fútbol?

Quizás las siguientes 4 preguntas pueden servir de ayuda:

1.  ¿ Dónde se enfoca tu corazón?

Imagínate cómo sería si le dijera a mi esposa que, fuera de todas las mujeres que tengo, ella es mi favorita, la que más quiero. ¿Cómo respondería a eso? ¿Esperamos que Dios aceptara esa clase de fidelidad?

En Mateo 22:34-36 vemos un Fariseo acercarse a Jesús y preguntarle, “¿Cuál es el gran mandamiento en la ley?”. Jesús dijo; “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. ¡Me encanta este versículo! ¡Dios quiere que vivamos con pasión por Él con TODO lo que somos!

Dios quiere que vivamos con pasión por Él con todo lo que somos.

Si un grupo de 11 jovencitos que patean una pelota sobre el pasto genera más pasión en tu vida que un Dios Creador del universo que te rescató del infierno y te regaló una vida eterna en el cielo, entonces hay un gran problema en tu corazón.

Está bien gritar “Gol” en el mundial —¡yo también espero gritarlo!—. Sé apasionado y disfruta el Mundial. Pero es una alegría pasajera que no se debería comparar con el gozo que encontramos en el Señor. Siempre nos va a dejar insatisfechos cualquier otra cosa que no proclame al Señor como nuestro “todo en todos” (1 Corintios 15:28).

2. ¿Dónde se enfoca tu tiempo?

Cuando sumamos más horas en mirar partidos o conocer los datos futbolísticos de nuestro equipo preferido que en la Palabra de Dios, en oración y en conversaciones edificantes, quizás estamos haciendo del fútbol un ídolo. Por más que nos cueste admitirlo, las áreas que ocupan la mayor parte de nuestro tiempo libre normalmente son las áreas que ocupan la mayor parte de nuestro corazón. Como lo dice Pablo en 1 Corintios 10:14, “huid de la idolatría.”  ¿Cómo usa Ud. su tiempo?  ¿Es la prioridad de tu tiempo enfocado en Dios o en fútbol?

Las áreas que ocupan nuestro tiempo libre son las áreas que ocupan nuestro corazón.

3. ¿Dónde se enfocan nuestras relaciones?

Con mis hijos tenemos una tradición de coleccionar las figuritas de la FIFA Copa del Mundo PANINI. Estamos todos entusiasmados por el comienzo del torneo, pero una de las cosas que más nos entusiasma es poder ver todos los jugadores y naciones por las que hemos estado orando. Aprendemos de las naciones representadas en el torneo. Oramos por las naciones y los jugadores mismos. Hablamos de ellos y cómo es tener todo el dinero y cosas materiales y no tener a Dios. Ha sido una manera excelente aprovechar este evento para Cristo en nuestro hogar y enseñar a nuestros hijos.

Sea con un hermano en Cristo o con un no creyente, el fútbol puede abrir puertas inmediatas con la gente. Lo he visto vez tras vez. Genera un vínculo natural que se puede aprovechar para compartir de Cristo. ¿Está usted usando el fútbol como una oportunidad de glorificar a Cristo en sus relaciones?

4. ¿Dónde se enfocan tus palabras?

Mateo 15:18 nos enseña que “lo que sale de la boca, del corazón sale”. Cuando las novedades del mundo futbolístico salen de tu boca más fácilmente que la Palabra de Dios, puede ser una indicación de tu corazón. El fútbol tiene su lugar y podemos disfrutarlo. Pero su lugar no es el trono de nuestro corazón. ¿Está usted usando sus palabras para glorificar a Dios?

El fútbol tiene su lugar y podemos disfrutarlo. Pero ningún deporte debe estar en el trono de nuestro corazón.

Hace poco un mentor me compartió la siguiente ilustración:

Imagínate que Dios le deposite 100 billones de dólares en su cuenta bancaria cada día para el resto de su vida.  ¡Ni supieras cómo gastar semejante riqueza! Pero ahora me gustaría que pienses en cómo sería que, aún con todo esa riqueza, le pides prestado a un amigo $20 dólares. Suena ridículo, ¿no?

Ahora, la realidad es que usted es un hijo de Dios. Su Padre en el cielo es el Dueño de todo el universo. Usted tiene una vida eterna en su presencia. Él le salvó de Su propia ira vertiendo sobre Jesús la justa ira por su pecado. Sin embargo, como el hombre billonario que pide $20 dólares, a pesar de que ser aún más ricos en Cristo, somos capaces de buscar nuestra satisfacción, contentamiento y quizás aun nuestra misma identidad en otra persona o cosa. ¡Puede ser algo aun tan insignificante como el fútbol!

¿Qué cosa no tenemos ya en Cristo que tendríamos que pedir en otro lugar? Verdaderamente Cristo es nuestro “todo en todos”, nuestra real pasión. Mantengamos esto en nuestro corazón mientras disfrutamos de la Copa del Mundo 2014.

​Kurt Emiliano Grothe es un misionero estadounidense radicado en Argentina.

Fuente: http://thegospelcoalition.org/coalicion/article/el-futbol-y-la-pasion-por-dios

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Alejandro V.
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