La predicadora pentecostal más popular de los EEUU, Joyce Meyer , se ha hecho dos tatuajes apelando según ella a Isaías 49 y también condenó a «los cristianos religiosos» que la juzgan por lo que hizo.

Esta señora dijo:« Me puse una cruz en el hombro para que Satanás sepa que pertenezco a Cristo y me puse la palabra «amor» en el tobillo para acordarme de que tengo que andar en amor».

La capacidad de asombro no tiene límites.
Lo que se escucha cada vez más desde los púlpitos es de una putrefacción monumental.

Lo que hizo esta falsa predicadora no me asombra, pero lo que dijo para justificar su acción es una estupidez que raya la blasfemia.

Primero, citar a Isaías 49 para justificar el tatuarse es de una ignorancia supina y torcer las Escrituras para su propia perdición.

Segundo, decir que se hizo un tatuaje de una cruz para que el diablo vea que ella es de Cristo es una de las herejías más grandes de los últimos tiempos.
La verdad es que el diablo sabe cuáles son los hijos de Dios porque han sido sellados por Dios con el Espíritu Santo y no por la mano de un hombre.

«…y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa…»Ef. 1:13

Y tercero , si tiene que tatuarse exteriormente la palabra amor para no olvidarse que tiene que andar en amor , es porque no tiene interiormente el amor de Cristo, es decir, no ha recibido el amor del Señor, por lo tanto sigue perdida y no es salva.

«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor…»2 Ti. 1:7

En conclusión, amados hermanos, Dios en su soberanía está dejando al descubierto la apostasia evidente de los tiempos finales y todo es para que se cumpla Su Palabra y aquellos que no la quieren ver y siguen a estos personajes apóstatas y no se arrepienten tendrán doble condenación.

Bendiciones