Corea del Norte es una preocupación cristiana internacional, siendo gobernada por un régimen autoritario y manteniéndose aislada como nación, ocupando la cima de la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas.

Sin embargo, una asociación entre International Christian Concern (ICC) y una estación de radio surcoreana, Free North Korea Radio (FNKR), con sede en Seúl, intenta enviar ondas de radio “clandestinas” al país vecino, trayendo una palabra de fe a los norcoreanos.

El contenido del programa incluye la lectura de la Biblia, el sermón de un pastor surcoreano, la lectura de “Torturado por Cristo”, escrito por Richard Wurmbrand, y canciones populares de gospel traducidas a Corea. FNKR dedica 30 minutos de cada transmisión a programas evangélicos por la mañana y por la tarde, con el objetivo de difundir el amor y la gracia de Dios entre el pueblo de Corea del Norte.

“Actualmente, Corea del Sur y Estados Unidos han difundido el evangelio a través de panfletos y transmisiones de radio que afectan las mentes de los norcoreanos. Han difundido un falso rumor sobre creer en Dios y confiar en Dios en todas las cosas”, dijo un documento oficial filtrado en abril de 2021.

En un momento en que Pyongyang está reforzando la persecución religiosa, el programa de radio es más necesario que nunca. El régimen de Kim ve estas actividades como amenazas y busca erradicar estos canales de comunicación.

Sin embargo, el gobierno no siempre tiene éxito en su propaganda. Este caso fragmentado prueba la efectividad de la difusión del Evangelio a través de transmisiones de radio y USBs.

“En este momento, la gente dentro de Corea del Norte quiere rebelarse contra el régimen. Hay tanto descontento allí, y es en todos los niveles de la sociedad… Cuando los norcoreanos vienen a Corea del Sur, se dan cuenta completamente de lo mala que era su situación en Corea del Norte”, dice un desertor llamado Jang.

También informa que la situación es humillante en el país vecino, lo que lleva a muchos cuestionamientos por parte de la sociedad, que sufre en la dictadura comunista.

“Es humillante, y se preguntan cuánto de su vida se perdió porque nacieron en Corea del Norte… Les aseguro que seguiremos luchando para poner fin al régimen de Kim, así que por favor sean nuestros amigos y aliados. Hay muchas iglesias subterráneas en Corea del Norte que están luchando para difundir el Evangelio. Por ejemplo, durante la Navidad del año pasado, algunas personas distribuyeron en secreto regalos de Navidad a otras”, dice.