Los medios locales reportan que el hecho sucedió el domingo pasado en la tarde, cuando ambos niños estaban en un local que renta videojuegos y consolas; identificado como Eduardo, el niño se molestó porque su amigo, Samuel, le ganó una partida en el lugar.

A los pocos minutos, Eduardo fue hasta su casa y tomó la pistola, que se cree que es de su padre, para regresar al local  y con poca distancia, dispararle en la cabeza a su amigo, lo que le causó una herida muy grave.

Las autoridades municipales llegaron hasta el lugar después de que los dueños del establecimiento los llamaran mientras que Protección Civil trasladó al menor hasta el Hospital Regional de Río Blanco.

Los doctores del hospital le comentaron a la familia que era poco probable que el niño sobreviviera; dos horas más tarde murió.

Los informes del caso reportan que la familia del menor y éste huyeron del lugar después de que el niño regresara a la casa con el arma, por lo que ya se abrió una investigación pertinente.

Por otro lado, la familia de la víctima pidió justicia por lo sucedido culpando a los padres del atacante; su madre contó que ella lo sostuvo en brazos antes de que muriera.

«Convulsionaba, se debatía entre la vida y la muerte», confesó.

«Lo único que pido es que me ayuden a hacer justicia, porque mi hijo murió por culpa de los padres de ese niño que mató a mi hijo, porque es una falta de responsabilidad dejar una pistola en la mesa como si fueran cosas de comer», finalizó.

Cada vez es mucho más evidente como la influencia de los contenidos a los que los niños están expuestos y la imprudencia de los padres desencadenan este tipo de acciones.

Es importante que cada padre pueda conocer que es lo que su hijo ve, lee, escucha y consume en redes sociales, televisión y demás plataformas electrónicas repletas de contenido que no edifica y que siembra la violencia, el suicidio, el pecado, la ira y una lista sin final de valores que daña el corazón de los niños.