No se si es un falso maestro… a mí me hizo bien

Cuando uno tiene la percepción de que algo o alguien nos ha hecho bien o “bendecido nuestra vida”, debemos asegurarnos que verdaderamente así lo es. Hay mucha gente que dice que la metafísica le hace bien, pero esta tiene infinidad de enseñanzas contrarias a la Palabra de Dios. Pero cuando a esas personas le dices

No se si es un falso maestro… a mí me hizo bien

Cuando uno tiene la percepción de que algo o alguien nos ha hecho bien o “bendecido nuestra vida”, debemos asegurarnos que verdaderamente así lo es.
Hay mucha gente que dice que la metafísica le hace bien, pero esta tiene infinidad de enseñanzas contrarias a la Palabra de Dios.
Pero cuando a esas personas le dices esto, ellos responden: “No sé, a mí me ha hecho bien”.
¿“Bien” medido según qué parámetro?.

David escribió: “No hay para mí bien fuera de ti” (Salmo 16:2).
No existe un “bien” genuino si contradice las Escrituras, y por ende contradice al Dios que inspiró las Escrituras.

Ahora… puede pasar que algún predicador nos haga sentir bien o alimente nuestros anhelos y deseos más profundos y terminemos amándolo por esto. Pero debemos reconocer que él simplemente nos dio lo que queríamos (2 Timoteo 4:3,4).
No necesariamente este es un “bien” que viene de Dios.

El mundo está lleno de “aduladores, que con palabras infladas seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones” (2 Pedro 2:18). Estos te pueden hacer sentir que estás a punto de alcanzar tus sueños, o contento con un dios que te inventaron a tu gusto.

Es más probable que salgas de un evento suyo deseoso de conseguir su firma en tu Biblia, que con una pasión por la Biblia misma y el Dios que se nos presenta en ella.
¿Por qué?
El apóstol Pablo habló de estos hombres que sin duda te pueden hacer “sentir bien”, diciendo que “arrastran tras sí a los discípulos” (Hechos 20:30).

Un verdadero hombre de Dios, dijo Jesús, “busca la gloria del que lo envió” (Juan 7:18). Esto es: te guía genuinamente a Dios, Su salvación, Sus incomparables atributos, el deleite en EL y el anhelo ardiente de adorarle en todo.
Ahí sí encontrarás BIEN. El salmista en el Salmo 73:28 afirma: “En cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien.

Si alguien con sus enseñanzas, por más bonitas o alentadoras que parezcan, te lleva a vivir de forma que desagrada a Dios o a creer cosas que Dios desaprueba, esa persona te ha alejado de Dios y allí, SIN DUDA, no hay ningún bien.

Luis Rodas   Enlace:

 

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