LA RESURRECCION CORPORAL DE JESUCRISTO

LA RESURRECCION CORPORAL DE JESUCRISTO

No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. [Mateo 28:6].

¿SABÍAS QUÉ?

Uno de los errores garrafal doctrinales de los «Testigos de Jehová» es el de no querer reconocer la resurrección corporal de nuestro Señor Jesucristo. Dicen que lo que se apareció a los discípulos fue su espíritu. Con esto hacen a Cristo un engañador, ya que El declaró rotundamente a sus asombrados discípulos que no era un espíritu ni un fantasma. La versión del Nuevo Mundo traduce correctamente estas declaraciones del Señor resucitado.

Helas aquí:

«Por esto les dijo: “ ¿Por qué están perturbados, y

por qué se suscitan dudas en su corazón? Vean mis manos y mis pies que yo mismo soy; pálpenme y vean porque un espíritu no tiene carne y huesos, así como contemplan que yo tengo.”

Y al decir esto les mostró sus manos y sus pies, pero mientras todavía no creían de puro gozo y seguían admirados él les dijo: “ ¿tienen allí algo de comer?”, y le dieron un pedazo de pescado asado; y lo tomó y lo comió delante de los ojos de ellos» [Lucas 24:38-43].

Entonces:

¿por qué en sus escritos niegan descaradamente aquello que su misma Biblia afirma?

Veamos lo que dicen en sus libros:

«Jesús fue muerto como hombre, pero levantado de la muerte como un espíritu del más alto orden de la naturaleza divina… [Charles Taze Russell, Studies on the Scriptures, vol. V, pág.453]; el hombre Jesús es muerto, muerto para siempre.» C. T. Russell [Idem,pág.454].

«El cuerpo humano de Nuestro Señor fue empero

quitado sobrenaturalmente de la tumba, pues de haber permanecido allí habría sido una dificultad insuperable para la fe de los discípulos, que no se hallaban suficientemente instruidos en los misterios espirituales, pues todavía no habían recibido el Espíritu Santo [Juan 7:39]. No sabemos qué se hizo de él, excepto que no se corrompió [Hechos 2:27-31].

Pudo haber sido disuelto en gases, conservado en algún sitio como memorial del amor de Dios, de la obediencia de Cristo y de nuestra redención. Esto nadie lo sabe.» C. T. Russell [Idem,pág.129].

«El cuerpo humano de carne y huesos, etc., con sus vestidos, que apareció repentinamente estando las puertas cerradas, no salió por aquellas puertas, sino que simplemente desapareció, o se disolvió con los mismos elementos con los cuáles había sido creado pocos momentos antes.»

C. T. Russell [Idem,vol.ll,pág. 127 (edición de 1916)].

Transformado en un “cuerpo de gloria”

Ved ahí un modo de complicar la cuestión para evitar creer lo que las Escrituras expresan de un modo tan claro, que Jesús resucitó corporalmente.

«No está aquí, ha resucitado», dijeron los ángeles. Lo más lógico y natural es creer que Dios hizo con el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo lo mismo que hará con los cuerpos de aquellos creyentes que estén vivos en el tiempo de su Segunda Venida, de los cuales el apóstol dice que serán «transformados».

No habrá ninguna necesidad de que sean creados de nuevo.

Por esto el apóstol llama al glorioso suceso ser «sobrevestidos» sin ser «desnudados».

Cristo tampoco fue «desnudado» de su cuerpo humano, sino que éste fue transformado para hacerlo apto, tanto para el Universo espiritual como para el Universo físico.

Esto significa que el Verbo eterno de Dios posee, desde su encarnación, un cuerpo humano glorificado, cuya esencia El domina, como Dios que es, para formar un cuerpo físico o carnal [σώμα ποίηις = sôma phisicon] o un cuerpo espiritual [σώμα πνευματκός = sôma

pneumaticon, o ούρανός = ouranon] celestial

[1.a Corintios 15:44], igual como los cuerpos glorificados que nosotros tendremos:

1 Κόρινθος / 1 Corintios 15: 42 – 45.. 📖..

42. ουτως και η αναστασις των νεκρων σπειρεται εν φθορα εγειρεται εν αφθαρσια

Así también es la resurrección de los muertos. Se

siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

43. σπειρεται εν ατιµια εγειρεται εν δοξη σπειρεται εν ασθενεια εγειρεται εν δυναµει

Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

44. σπειρεται σωµα ψυχικον εγειρεται σωµα πνευµατικον εστιν σωµα ψυχικον και εστιν σωµα πνευµατικον

Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo

espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

45. ουτως και γεγραπται εγενετο πρωτος ανθρωπος αδαµ εις ψυχην ζωσαν εσχατος αδαµ εις πνευµα ζωοποιουν

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Por esto nos dice el apóstol Juan que «seremos semejantes a El porque le veremos como El es» [1.a Juan 3:3].

Hoy podemos imaginarnos algo mejor el misterio de los cuerpos celestiales porque conocemos el secreto de constitución de la materia física.

Sabemos cómo los electrones procedentes de la materia pueden, una vez liberados, atravesar la materia, y podrían de nuevo formar materia tangible si pudieran ser sujetados de nuevo alrededor de un centro atómico.

El hombre no es capaz de realizar semejante maravilla, pero:

¿no puede hacerlo Aquél que primeramente creó e impuso sus leyes a la misma materia?

Dios, consecuente con las leyes de su Creación

Hasta cierto punto no es de extrañar que Charles Taze Russell, empeñado como se hallaba en racionalizar las enseñanzas de la Sagrada Escritura, no hallara otro modo de conciliar

los versículos 19 y 26 de Juan 20 con Lucas 24:38-43 que inventando la complicada teoría de que Dios hizo desaparecer el cuerpo humano de Jesús del sepulcro, escondiéndolo o convirtiéndolo en gases, para tener que atribuir

luego a Dios un portento mayor, el de la creación de cuer­pos físicos circunstanciales, capaces de comer y beber, cada vez que Jesús se aparecía a sus discípulos.

Pero en la Sagrada Escritura hallamos que el prodigio de creación se encuentra solamente mencionado tres veces en el primer capítulo del Génesis, aplicado al origen de todas las cosas, a la vida animal y al espíritu del hombre.

¿Por qué?

Porque el Supremo Creador no es un mago que

crea las cosas de la nada y las hace desaparecer con un golpe de eslabón o con el toque de una varita mágica.

La Sagrada Escritura trata la idea de crear de un modo mucho más serio.

Por esto la palabra hebrea «bara» no se encuentra jamás aplicada a los milagros, sino tan solamente al origen de todas las cosas.

Dios obra por sus leyes naturales, las conocidas o las desconocidas de los hombres, y una de las leyes actualmente conocida es la de la transformación de la materia en energía, y viceversa, mediante la composición y descomposición de los átomos.

Pero lo interesante del caso es que nuestros antepasados cristianos aceptaron por fe lo que no podían explicar.

Y la resurrección corporal de nuestro Señor Jesucristo se halla en todos los credos cristianos, desde el primer siglo, al igual que sus misteriosas apariciones y desapariciones en los 40 días que mediaron entre su ascensión y su resurrección.

Todo ello es reconocido y comentado por los escritores cristianos de todos los siglos sin dificultad alguna, porque todos ellos reconocían que Jesús era Dios y para Dios no hay ninguna cosa imposible, por más que nosotros no podamos explicárnosla.

Hasta que vino Charles Taze Russell y, sin esperar la probable explicación que la ciencia estaba

a punto de proporcionarnos, lanza la extraña y herética teoría que venimos comentando.

¿Por qué?

Tan solamente por su empeño en empequeñecer a Cristo. Para hacer de él un fantasma vulgar; un espíritu, como tantos otros que pueden existir en el universo de Dios; aun cuando Dios haga en favor de ese espíritu privilegiado el milagro folletinesco de crearle y descrearle un cuerpo físico cuantas veces lo necesite.

Pero nosotros sabemos, de acuerdo con las Sagradas Escrituras, que el Verbo eterno de Dios no es un espíritu limitado, sino omnipresente, existente desde la Eternidad:

1. Que en él está el insondable secreto de la vida y de la luz intelectual y moral que hace del alma humana un ser superior a las bestias [Juan 1: 9]

2. Que de «su plenitud tomamos todos»

[Juan 1: 16].

3. Lo cual es una declaración tácita de su omnipresencia, y que «El está con nosotros todos los días» [Mateo 28:20].

Que porque es Dios eterno y verdadero, pudo hacerse carne, vivir una vida humana de perfecta identificación con el Padre y resucitar de entre los muertos, como dijo:

«Tengo poder para dar mi vida y para volverla a tomar: este mandamiento recibí de mi Padre» [Juan 10: 18].

Por esto podía también desafiar a sus enemigos con la declaración

«Destruid este cuerpo y en tres días lo levantaré» [Juan 2: 18 – 22].

Si el cuerpo de Jesús hubiese sido solamente «retirado» de la tumba, o disuelto en gases, como pretenden los «russellistas», la profecía de Jesús no se habría cumplido y su enfática declaración acerca de lo que ocurría a su carnal envoltura habría sido un consciente engaño, que no es posible de ningún modo atribuir a nuestro siempre fiel y veraz Salvador.

Notemos que:

a] Cristo sigue siendo Mediador ahora como Hombre: 1.a Timoteo 2:5.

b] Cristo sigue estando ahora en el Cielo como Hijo del Hombre, título que un espíritu no puede tener: Hechos 7:56.

c] Cristo volverá como Hijo del Hombre:

Mateo 24:30.

d] Cristo juzgará al mundo como Hombre:

Hechos 17:31.

¿No indica todo esto claramente una naturaleza corporal física, aunque glorificada?

“Y SI CRISTO NO RESUCITÓ, VANA ES ENTONCES NUESTRA PREDICACIÓN, VANA ES TAMBIÉN VUESTRA FE”

1 Corintios 15: 12 – 22 … 📖

12 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.

15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.

16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;

17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.

18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.

19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.

22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

Originally posted 2024-08-03 18:55:24.

Alejandro V.
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