Más de 450 reclusos han aceptado a Cristo y se han bautizado en la cárcel, demostrando un crecimiento significativo en la fe y la transformación personal dentro del sistema penitenciario. Este evento marca un hito importante en los esfuerzos de evangelización y ministerio en las prisiones, reflejando un impacto profundo en la vida de los internos.
El ministerio “God Behind Bars” se ha enfocado en llevar el evangelio a los reclusos, logrando más de 450 bautismos este año, un aumento significativo en comparación con los 90 del año pasado. El ministerio, activo desde 2009, ha ampliado su alcance mediante la creación de campus satélite en prisiones y el desarrollo de una aplicación cristiana que permite a los reclusos acceder a predicaciones, alabanzas y la Biblia.
En colaboración con otros ministerios como Faith Promise, “God Behind Bars” se esfuerza por alcanzar a reclusos de ambos sexos, proporcionando apoyo semanal y promoviendo el crecimiento espiritual. Además, el ministerio enfatiza la importancia del próximo paso después de aceptar el evangelio, animando a los reclusos a hacer declaraciones públicas de fe y bautismo.
Isaac Holt, el director de innovación, destaca la importancia de ofrecer a los reclusos una continuidad de la comunidad eclesiástica al salir de prisión. Faith Promise, por ejemplo, realiza visitas regulares para interactuar y orar con los reclusos, y estos a su vez participan activamente en actividades de oración y estudio bíblico.
Este enfoque no solo ayuda a los reclusos a reconectarse con su fe, sino que también les permite redescubrir su valor y propósito, redefiniendo sus identidades en Cristo y renunciando a viejas adicciones. Isaac Holt enfatiza que la gracia de Dios es accesible para todos, sin importar su pasado, ofreciendo esperanza y transformación a quienes la sociedad a menudo descarta.
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