Fijemos la mirada en Jesús. Hebreos 12:2 La función del Espíritu Santo es guiarnos siempre a poner nuestros ojos en Jesús y quitarlos de nosotros, pero Satanás se ocupa de hacer exactamente lo contrario, ya que de continuo trata de hacernos pensar en nosotros en vez de en Cristo. Satanás insinúa: «Tus pecados son demasiados
Fijemos la mirada en Jesús. Hebreos 12:2
- De la pluma de Charles Spurgeon:
La función del Espíritu Santo es guiarnos siempre a poner nuestros ojos en Jesús y quitarlos de nosotros, pero Satanás se ocupa de hacer exactamente lo contrario, ya que de continuo trata de hacernos pensar en nosotros en vez de en Cristo. Satanás insinúa: «Tus pecados son demasiados para ser perdonados, no tienes fe, no te arrepientes lo suficiente, nunca persistirás hasta el fin, no tienes el gozo de un hijo de Dios y tu manera de aferrarte a Jesús es débil y vacilante». Todos estos pensamientos son sobre el yo, sin embargo, jamás habremos de hallar consuelo y seguridad mirando dentro de nosotros mismos. El Espíritu Santo hace que quitemos los ojos del yo diciéndonos que nada somos; pero Cristo es nuestro «todo en todos» (1 Corintios 15:28).
Recuerda, lo que te salva no es que tú te aferres a Cristo, es Cristo el que te salva. No es tu gozo en Cristo lo que te salva … es Cristo. Ni siquiera es tu fe en Cristo, aunque este sea el medio que él emplea …es la sangre, la obra y el valor de Cristo.
Por lo tanto, no mires tu mano con la que te aferras a Cristo … mira a Cristo. No mires tu esperanza … mira a Jesús, la fuente de tu esperanza. No mires tu fe…mira a Jesús, «el iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Hebreos 12:2).
Jamás hallaremos felicidad si miramos nuestras oraciones, nuestra obra o nuestros sentimientos. Lo que nos da descanso para nuestra alma no es lo que somos nosotros sino lo que es Jesús. Vencer rápidamente a Satanás y hallar la paz con Dios solo se consigue cuando «[fijamos] la mirada en Jesús». Fija tus ojos solo en él.
Mantén en tu mente su muerte, su sufrimiento, su obra, su valor, su gloria y su intercesión por sobre todas las cosas. Cuando te levantes por la mañana, fija tu mirada en él y al acostarte por la noche, fija tu mirada en Él. Jamás permitas que tus esperanzas o tus temores se interpongan entre tú y Jesús. Ve tras él con ahínco y él jamás te fallará.
Mi esperanza firme está
En la sangre de Jesús
No confiaré en nada más
Solo en la gloria de la cruz.
EDWARD MOTE, 1797-1874
- De la pluma de Jim Reimann:
Nuestros ojos son los que con mucha frecuencia nos llevan a pecar.
Cuando vemos algo que nos tienta y no nos negamos a abandonarlo, nuestros pensamientos nos dominan y al final, la tentación engendra el pecado. Así lo expresa la Palabra de Dios: Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. SANTIAGO 1:14-15
Así que, es crucial decidir de antemano lo que permitiremos que nuestros ojos vean. Reflexiona en las palabras de David, que dijo: «No me pondré como meta nada en que haya perversidad» (Salmo 101:3); y de Job, que expresó: «Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer» (Job 31:1).
Padre, «hacia ti dirijo la mirada, hacia ti, cuyo trono está en el cielo.
Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo, como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así dirigimos la mirada al SEÑOR nuestro Dios, hasta que nos muestre compasión» (Salmo 123:1-2).
«Vuelvan a Mí». Devocionales 365. Ch. Spurgeon y Jim Reimann.
Originally posted 2024-10-29 13:08:18.
Escribir un Comentario
Su dirección de correo no va a ser publicada. Llenar la información solicitada con *