7 Razones por las que no creo en el “pastorado” femenino

7 Razones por las que no creo en el “pastorado” femenino

En mi opinión, la ordenación de mujeres al pastorado es una distorsión teológica significativa. Tristemente, he visto en los últimos años innumerables iglesias consagrando mujeres al ministerio pastoral. Dicho esto, me gustaría de manera práctica y objetiva enumerar 07 razones por las que no creo en las mujeres pastoras:

1- Las Escrituras no avalan la ordenación de mujeres al ministerio pastoral.

No veo ningún texto en la Biblia que apoye la ordenación femenina al cargo de anciano.

2- Jesús no llamó apóstoles entre los doce. Todos los apóstoles escogidos por Jesús eran hombres.

3- Las Escrituras no defienden el igualitarismo sino el complementariedad.

Igualitarios: Esta corriente afirma que Dios creó originalmente al hombre ya la mujer iguales; y que el dominio masculino sobre las mujeres era parte del castigo divino por la caída, con las consiguientes consecuencias socioculturales. Según los igualitaristas, con el advenimiento de Cristo, este castigo y los reflejos fueron eliminados; proporcionando así restauración al plan original de Dios para la posición de la mujer en la iglesia.

Por lo tanto, ahora, las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres para ocupar cargos oficiales en la Iglesia. Además de los igualitaristas, encontramos a los complementarianistas, quienes a su vez entienden que desde la creación –y por lo tanto, antes de la caída– Dios estableció roles distintos para el hombre y la mujer, ya que ambos son peculiarmente diferentes.

La diferencia entre ellos es complementaria. En otras palabras, hombres y mujeres, con sus diferentes características y funciones, se complementan. La diferencia de funciones no implica diferencia de valor o inferioridad de una en relación con la otra, y las consiguientes diferencias socioculturales no siempre reflejan la visión bíblica de la distinta funcionalidad de cada una. El hombre fue hecho cabeza de la mujer – este principio implica un papel funcional diferente del hombre, que es el de liderar.

4-Pablo no habla de ancianas, obispas y mucho menos pastoras. Las referencias a estas vocaciones en la Escritura siempre se relacionan con los hombres.

No se necesita mucho esfuerzo para darse cuenta de que no había mujeres pastoras en las iglesias del Nuevo Testamento.

5- Los reformadores y los padres de la Iglesia nunca defendieron el ministerio pastoral femenino.

6- Los apóstoles determinaron que los pastores debían ser marido de una sola mujer y que debían gobernar bien su casa – obviamente tenían en mente a los hombres cristianos (1 Tim 3.2,12; Tit 1.6).

7- La mujer no tiene autoridad sobre su marido (I Tim 2:12) Ahora bien, si ella es pastora y su marido no, viola el principio de autoridad de la Biblia, convirtiéndose en líder de su marido. Estimado lector, cuando digo que las mujeres no pueden ser pastoras, lo hago desde la perspectiva del gobierno.

El gobierno de la iglesia junto con los funcionarios que la gobiernan son eminentemente masculinos. En la Biblia no ves ni encuentras mujeres que gobiernen la iglesia. Todas las recomendaciones de Pauline con respecto a los ancianos son para hombres. Sin embargo, el hecho de que las mujeres no gobiernen la iglesia no les impide predicar o enseñar la palabra de Dios, ¿entendido? El gobierno de la iglesia es masculino, no femenino. Las mujeres pueden servir a Dios, sin embargo, gobernar es una prerrogativa masculina.

¡Piense en eso! Renato Vargens

Originally posted 2022-11-15 16:16:04.

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