Recientemente, la iglesia Trinity Bible Church de Dallas anunció que el pastor y popular predicador Steven J. Lawson ha sido apartado de sus funciones ministeriales tras haber mantenido una relación inapropiada con una mujer. Lawson, conocido por su enfoque en la predicación expositiva, su énfasis en la integridad ministerial y su compromiso con el evangelio de Cristo, ha impactado profundamente a quienes han sido edificados por su ministerio. Esta noticia, sin duda, será un golpe duro para muchos.
Sin embargo, con la Biblia en mano y la mente sobria, es crucial recordar varios puntos importantes que también nos invitan a reflexionar sobre nosotros mismos:
1) Los pastores y líderes no son “supercristianos” inmunes al pecado. Al igual que cualquier creyente, están expuestos a tentaciones, comparten las mismas debilidades y necesitan la misma gracia que nosotros. Santiago nos recuerda que incluso el gran profeta Elías era un hombre sujeto a pasiones como las nuestras (Santiago 5:17).
2) Hasta donde sabemos, Lawson ha confesado su pecado y se ha sometido a la disciplina de su iglesia local. Esto, en medio de todo, es algo digno de reconocimiento. ¿Cuándo fue la última vez que confesaste tu pecado, a pesar de la vergüenza y el impacto que podría tener en tu reputación? Recordemos que Dios no está ansioso por vernos fracasar, sino dispuesto a socorrernos si nos arrepentimos y acudimos a Él (Hebreos 4:16). Dios no rechaza al hijo que peca, sino al bastardo impenitente que no se arrepiente (Hebreos 12:7-9).
3) La exposición pública al pecado es diferente para los pastores. Para el creyente común, es improbable que su pecado sea expuesto para la humillación pública. En cambio, los pastores a menudo enfrentan humillación y juicio público cuando fallan. Pocos comprenden la inmensa presión que sienten al mantener una vida de integridad y, al mismo tiempo, pastorear el rebaño de Dios. Nuestro enfoque inicial debe ser siempre orar por ellos y respetarlos (Hebreos 13:17).
4) Todos estamos expuestos al pecado y a sus efectos destructivos. Aunque no todos somos figuras públicas, cada uno de nosotros enfrenta la realidad del pecado. Es probable que usted, quien ahora lee esto, también esté luchando con algún pecado particular que no es público. Pues bien, que Dios nos conceda la misma gracia que necesitamos todos, para consolar y restaurar a Lawson. Oremos para que así sea.
Créditos Gracia & Verdad
Originally posted 2024-09-20 08:03:15.
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