En un solo día, el patriarca Job perdió a todos sus hijos, todo su ganado y a muchos de sus siervos. En el capítulo 1 del libro de Job, se nos informa que mientras uno de los siervos de Job le decía que un grupo de asaltantes (los sabeos) había matado a todos los bueyes
En un solo día, el patriarca Job perdió a todos sus hijos, todo su ganado y a muchos de sus siervos. En el capítulo 1 del libro de Job, se nos informa que mientras uno de los siervos de Job le decía que un grupo de asaltantes (los sabeos) había matado a todos los bueyes y asnas y a los siervos que cuidaban los animales (excepto a él), otro siervo llegó cuando “todavía estaba éste hablando”. El segundo siervo dijo a Job que cayó fuego del cielo y consumió a sus ovejas y siervos. Otra vez, mientras este siervo hablaba, un tercer siervo vino y relató que otro grupo de invasores (los caldeos) había robado todos sus camellos y había matado a todos los siervos excepto a él. Finalmente, mientras el tercer siervo hablaba, un cuarto siervo vino y trajo peores noticias—los diez hijos de Job habían perecido cuando un gran viento azotó la casa donde estaban y causó que la casa colapsara sobre ellos. Sus 7,000 ovejas, 3,000 camellos, 500 yugos de bueyes, 500 asnas, una casa muy grande y diez hijos habían desaparecido en un “pestañear de ojos”. Como si no fuera suficiente que se le quitara sus posesiones materiales e hijos, el cuerpo de Job enfermó de los pies a la cabeza, su esposa le instó a “maldecir a Dios y morirse”, y el consejo molesto de sus “amigos” dio origen a acusaciones parciales.
Debido a la extensión de la destrucción física y sufrimiento mental mencionado anteriormente, y debido al periodo de tiempo limitado en que todo ocurrió, algunos críticos dudan que Job fuera una persona real. En cambio, ellos piensan que fue un personaje inventado para enseñar una lección en cuanto al sufrimiento. Tal vez se le debe valorar de la misma manera que a tales personajes parabólicos como el buen samaritano (Lucas 10:30-37), el hijo pródigo (Lucas 15:11-32) o el rico insensato (Lucas 12:16-21), pero no como aquellos que realmente vivieron en la Tierra.
Si no se mencionara a Job en ningún lugar en la Biblia aparte del libro que lleva su nombre, los que declaran que él no fue una persona real pudieran argumentar su posición con más seguridad. Pero lo cierto es que se menciona a Job en tres versículos diferentes en la Escritura (aparte del libro de Job), y en cada uno de ellos se le considera como un personaje histórico y real.
Esposa de JobEl primero de los dos lugares en que se encuentra su nombre (aparte del libro de Job) es Ezequiel 14, versículos 14 y 20. En el versículo 14, el profeta declaró: “[S]i estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor”. La expresión del versículo 20 casi es la misma: “[Y] estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas”. El punto de Ezequiel en ambos versículos fue que las condiciones impías en la tierra tenían tal extensión que incluso si Noé, Daniel y Job vivieran en tal ciudad, nadie más se salvaría. Ezequiel habló de estos hombres como gente histórica y real, no personajes legendarios. Si se reconoce que Noé y Daniel fueron personas históricas reales, entonces no hay razón para pensar de otra manera en cuanto a Job.
El último lugar en que la Escritura menciona al patriarca sufrido (y la única vez que se menciona en el Nuevo Testamento) es la última parte del libro de Santiago. En el capítulo 5:10-11, leemos: “Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo”. Obviamente, Santiago no escribió por inspiración en cuanto a una persona imaginaria. En cambio, consideró a Job tan real como Elías, Isaías y Jeremías, y tan genuino como el Señor mismo.
Finalmente, el hecho que Job fue una persona real se declara explícitamente en los discursos de Dios en el mismo libro de Job. En su segundo “discurso” a Job, Dios declaró que al poderoso behemot “hice como a ti” (40:15, énfasis añadido). Si Job hubiera sido un personaje de un cuento de hadas, Dios no hubiera declarado que le había hecho.
Aunque se debe admitir que una gran parte en cuanto a Job continúa siendo un misterio (su raza, exactamente cuándo vivió, quién escribió el libro que lleva su nombre, dónde estaba ubicada la tierra de Uz, etc.), podemos saber que él fue una persona real que sufrió en toda manera como usted y yo, pero que sin embargo permaneció siendo fiel a Dios. Saber que Job perseveró a través de todas sus pruebas y tribulaciones nos da la esperanza que podemos hacer lo mismo cuando enfrentamos pruebas similares (Santiago 1:2-4; 5:10-11).
Fuente: http://espanol.apologeticspress.org
Originally posted 2021-05-19 10:47:37.
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